Lunes 1 de junio de 2009, San José, Costa Rica
Sucesos | Confirma Bomberos de incendio en Cañas
Pérdidas millonarias y El Gallo sin seguro
También vendían armas y municiones
  • AlDia.cr
    Este y otro carro fueron presa fácil del fuego. Fabio Vega.
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    El daño es completo en el interior de la bodega. Fabio Vega.

Rodolfo Martín
rmartín@aldia.co.cr

Cañas, Guanacaste. - El propietario del Almacén El Gallo Más Gallo, consumido el sábado pasado por un incendio, con pérdidas millonarias, carecía de póliza de seguros, confirmó ayer Edgar Monge, jefe de la estación local del Cuerpo de Bomberos.

Las pérdidas son incalculables porque el establecimiento – además de la tradicional línea blanca y la distribución de muebles– también vendía televisores, equipos de sonido, computadores, teléfonos celulares, cámaras digitales fotográficas y de video, motocicletas, cuadraciclos, bicicletas y motores marinos, especificó Monge.

Incluso, el propietario disponía de permiso para la venta de armas y municiones.

Algunos testigos dijeron que, mientras atendían el incendio, se escuchó el estallido de algunos proyectiles.

Monge no supo confirmar o descartar que esto hubiera ocurrido aunque si supo que logró salvarse bastante armamento y munición.

Los inspectores del Instituto Costarricense de Seguros (INS) confirmaron la hipótesis de que el incendio habría sido provocado por un cortocircuito.

“El foco del origen del fuego y su causa serán establecidos próximamente”, aclaró.

Por lo menos la casa

Miguel Gutiérrez, maquinista agrícola que pasó la semana “chaneando” su carrito porque hoy llegaría a la empresa de porteadores “Las Aguilas” a pedir trabajo para poder ganarse la vida, ahora está en la ruina.

El fuego alcanzó y destruyó por completo su vehículo, el cual permanecía estacionado en el patio de una iglesia cristiana vecina que también resultó dañada por el fuego.

Gutiérrez se vio obligado a dejar el Ingenio Taboga, donde preparaba suelos, porque, con la llegada del invierno, este trabajo ya no podía continuar.

“Aquí anduvieron unos inspectores del Instituto de Seguros recorriendo los escombros. Ellos me dijeron que aunque nada estaba asegurado hoy podría presentarme a hacer algún tipo de reclamo. Gracias a Dios me quedó la casita”, expresó dolido mientras observaba como una frágil pared había salvado su vivienda del incendio.

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