Alejandro Arley Vargas
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María González no pudo evitar las lágrimas por la emoción que significó regresar ayer a su trabajo en la fábrica de productos alimenticios El Ángel, después de que el terremoto del 8 de enero obligó a su cierre.

La compañía es conocida por los consumidores que adquieren su dulce de leche y mermeladas.

El sismo de 6,2 grados dañó severamente la planta en Cinchona, pero sus dueños y empleados no se dieron por vencidos y ayer formalmente la pusieron a producir de nuevo en Cariblanco de Sarapiquí, Alajuela.

En menos de cuatro meses, los trabajadores acondicionaron la planta provisional en una bodega en la finca Noble, propiedad de la empresa.

Para lograrlo, tuvieron que sacar maquinaria y materiales, muchas veces a pie, del edificio dañado y trasladarlo al nuevo lugar.

“Volver es muy emocionante”, expresó González.

“Gracias a la empresa que nos permitió seguir laborando y llevar el alimento a nuestras familias”, dijo Francisco Rodríguez.

Durante el acto de reapertura, Domingo Argentini, vicepresidente, destacó que lograron mantener intacta la planilla de casi 300 empleados.

“Pudimos pagar salarios y no se despidió a nadie. Algunos no regresaron por circunstancias personales”, explicó Roberto Robles, gerente general.

La planta provisional mide 2.000 metros cuadrados y producirá 20 toneladas diarias de productos, 40 menos que las que se sacaban en Cinchona.

Argentini afirmó que sueñan con levantar una “casa nueva”. “Vamos a hacer el intento”, concluyó el empresario.

Contentos

José Ángel
Alfaro.

José Ángel Alfaro, Trabajador.

Nosotros, con el barro en la cintura, ayudamos a cargar cosas de la fábrica dañada para traerlas a la nueva”.

María González, Trabajadora.

Gracias a Dios ninguno murió en el terremoto. Ahora es muy lindo ver que pudimos salir adelante”.