Hugo Solano
hsolano@aldia.co.cr

Las advertencias de cuidarse mucho que Eligio Sandoval Mora hacía siempre a sus cuatro hijos, no le funcionaron a él ayer, a las 5:40 a.m., cuando dos sujetos lo asesinaron para robarle el arma de fuego.

Sandoval, de 50 años, ingresó a su labor como vigilante de la clínica de Alajuelita 10 minutos antes de que sucediera el asalto.

Dos sujetos con gorra, uno al parecer encapuchado, se movilizaban en una bicicleta que dejaron a un lado mientras ingresaron hasta el mostrador donde estaba el guarda y le dispararon.

El primer tiro le entró por el abdomen, y cuando el hombre cayó lo desarmaron y le dispararon de nuevo, esta vez en el tórax.

No les importó que hubiera personas en fila y más bien uno les apuntaba. Luego salieron rápidamente en la bicicleta hacia Concepción, indicó Enrique Machado, de la Fuerza Pública local.

Añadió que recibieron la alerta de un tiroteo al costado norte de la iglesia y, al llegar, los testigos les narraron que vieron a dos sujetos entrar y oyeron dos disparos.

Deiling Sandoval, hija del fallecido, se presentó a la escena y narró que era un padre muy preocupado porque no le faltara nada a su familia. Sostuvo que toda la vida trabajó en seguridad. Deja esposa y cuatro hijos. En diciembre entró a esa clínica con horario de 2 a 10 p.m., luego cambió al turno matutino.

La víctima

Eligio Sandoval

Edad: 50 años

Su sustento

Enrique Machado R., policía.

Testigos dicen que uno era alto, delgado y moreno, el otro macho y de pelo largo. Se les buscó sin resultados”.

Deiling Sandoval V., hija.

Solo él trabajaba en la casa. Soñaba con conocer al hijo de mi hermana que está embarazada. Era su segundo nieto”.

Eduardo Torres, Fuerza Pública.

Custodiamos hasta la llegada del fiscal Johnny Rojas y el juez Franklin Vargas quien ordenó levantar el cuerpo”.