AFP y DPA.- Suspendieron ayer a Brian Sirjusingh, uno de los choferes de la Casa Real británica, quien permitió -a cambio de dinero- que periodistas encubiertos accedieran al Palacio de Buckingham y que uno de ellos se sentara en el Bentley de la reina Isabel II.
El tabloide News of the World denunció graves deficiencias en la seguridad del palacio real, después de que dos de sus reporteros haciéndose pasar por ricos hombres de negocios de Oriente Medio, pagaron 1.000 libras ($1.600) al chofer para poder entrar.
Según el diario, nadie los revisó y Sirjusingh les enseñó distintos automóviles utilizados por la familia real. Uno de los periodistas llegó a sentarse en el Bentley con el que la reina Isabel II acude a actos de Estado.
“Podrían haber sido meros terroristas que quisieran entrar para instalar un coche bomba”, comentó Robert Jobson, quien cubre para el diario temas reales. Según la emisora BBC, el chofer estaba supliendo a los conductores empleados de forma permanente, que estaban libres ese día.
A pesar de distintos incidentes, al Palacio de Buckingham se le atribuyen las más estrictas medidas de seguridad y la propia familia real británica, entre ellos el príncipe Carlos, deben identificarse antes de ingresar.
El palacio es uno de los más famosos del Reino Unido y en el pasado ya registró varios episodios que pusieron en duda su seguridad, como cuando en el 2003 un reportero trabajó dos meses como mozo en el edificio.
En 1982, un sujeto llegó al dormitorio de la reina, la cual despertó cuando este estaba sentado sobre su cama.
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