Juan Diego Villarreal
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La derrota de Herediano, a manos de Libería Mía en la final del Torneo de Verano, aún sigue dejando secuelas.

La dirigencia rojiamarilla desató el polvorín, al sentenciar el jueves que los jugadores habrían pedido ¢50 millones, como premio por ganar el cetro ante los liberianos.

Incluso extraoficialmente se señaló al arquero Ricardo González y al defensor Mauricio Solís como los encargados de negociar el premio.

González, visiblemente molesto ayer, no quiso ahondar en el asunto, sin embargo fue enfático en sus palabras.

“Las cosas que tenga que decir se las diré a la persona que deba decírselas de frente, como lo dicen los hombres. No me voy a referir a esos temas en público”, dijo Ricardo.

“Como en un matrimonio, las cosas que pasan en el club no se deben decir, se quedan adentro, no tienen por qué ventilarse a la afición”.

González recordó que tiene mucho tiempo de estar en el fútbol y es la primera vez que se ve metido en la polémica, por pago de premios.

“No voy a referirme a ese tema (supuestos premios); que el club haga lo que debe de hacer. Nunca he tenido problemas, no voy caer en ese juego”.

“ No tengo nada que decir, no voy a hablar. Sé que los compañeros no lo van a respaldar a uno, pero igual yo tengo muchas cosas que decir también y me pica la lengua por decirlas. Pero no lo voy a hacer, porque las cosas los hombres se las dicen de frente”.

Mauricio Solís también se mostró sorprendido y añadió que si se dan o se piden premios, “eso se queda dentro del grupo”.

“Me sorprendieron las declaraciones (los dirigentes hablando de premios). No me esperaba una reacción así de parte de ellos”.

Solís comentó que es cierto que se pactaron algunas reuniones, pero nunca se exigieron los montos que se mencionan.

“Nos sentamos, hablamos sobre el tema. Nunca llegamos a hablar exigiendo cosas. Uno como empleado no puede llegar a exigir a ningún lado”.