Isaac Lobo y Allan Andino
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Nadie se quería quedar sin la posibilidad de ver a James, Lars, Kirk y Robert, es por eso que desde temprano miles de aficionados se acercaron a los puntos de venta de las entradas de Metallica.
La paciencia tuvo que ser la fiel compañera de quienes compraron los boletos, tanto personal como por medio de Internet.
Se tienen reportes de que la página Specialticket.net se saturó a las 10 a.m., hora en la que se empezó con las transacciones.
“No hay duda, es una venta de un evento muy sensible. Donde una gran expectativa crea una gran demanda”, comentó Alfonso Busconi, dueño del sitio web. “La página no colapsó, pero gracias a la gran demanda sí se saturó el sistema, pero sólo en un inicio, ya que se metió gente de Costa Rica, Centroamérica y México al mismo tiempo”, añadió.
Hubo también otras quejas de la página. “Primero, cuando había que seleccionar el emisor de tarjeta, solo salía el logo del Banco Nacional. Leí en un foro que no importaba, entonces le di clic y compré con HSBC. Después, si comprabas más de una entrada te tiraba error y no te dejaba entrar. Solución, comprarlas de una en una”, comentó César González.
También se reportaron problemas en la tienda Bansbach de Multiplaza-Escazú.
“Se imprimían dos entradas y se caía el sistema, explicó algo molesto Carlos Argüello.
Según Alejandro Valenciano, coordinador de mercadeo de las tiendas, esta situación no fue culpa de Bansbach sino del sistema. “En San José no tuvimos problemas, en Multiplaza sí al principio, pero no tenemos control sobre eso pues la compra se hace por Internet”, explicó. Al parecer se romperá récord de ventas.
Ayer al cierre de edición la página Specialticket.net sólo ofrecía espacio en VIP y gradería sur.
Llanto por los roqueros en Guadalupe
Con su gorra verde y sus hermosos cachetes, el pequeño Esteban, de año y tres meses, se sumó a las largas filas ayer en espera de comprar una entrada para el concierto que Metallica dará aquí el 7 de marzo.
Llegó desde la 9:30 a.m. en un coche empujado por su papá Daniel Trigueros, al Servimás de Guadalupe.
Trigueros llevó el chupón y un abrigo para Esteban, quien tras tres horas empezó a llorar. Su progenitor también quería hacerlo, pues debía ir a trabajar.
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