Esteban Cuvardic, enviado
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Montevideo. - Si la “Sele” no clasifica al Mundial, será un rotundo fracaso.

Pero si hoy da la sorpresa ante Uruguay, René Simoes y sus muchachos serán los nuevos héroes de Tiquicia.

De momento, la selección charrúa es favorita. Es obvio. Tiene la ventaja de 0-1 en la serie. Tendrá el apoyo de 65 mil aficionados, hoy a partir de las 5 p.m. hora tica (9 p.m. en Montevideo).

El escenario es un templo del fútbol: el Centenario.

Un templo que está bastante descuidado, sin pintar en las afueras del inmueble, y con asientos de piedra en las localidades más cercanas al terreno de juego.

Pero nadie le quita su historia. Aquí fue donde Uruguay ganó el primer Mundial, en 1930 ante Argentina, por 4-2. Aquí fue donde Diego Maradona salvó su pellejo, semanas atrás, cuando la albiceleste venció por 0-1. Aquí será donde Simoes y sus muchachos también se jueguen el pellejo.

La tarea suena a hazaña. Pero el seleccionador asegura que “hay que superar los imprevistos. Nada nos va a detener”.

Así habló el técnico con su inconfundible acento brasileño, cuando anoche algún “fantasma” uruguayo apagó las torres de iluminación, cinco minutos antes de que finalizara el entrenamiento, justo cuando practicaban penales. “No respetaron los 45 minutos que teníamos. Y los uruguayos no querían que utilizáramos tacos. Y que no entrenáramos en toda la cancha”, se quejó Simoes.

Pero al final hizo ambas cosas.

“Costa Rica es un país pequeño, pero nos tenemos que dar a respetar”, añadió.

La “Sele” utilizará un equipo similar al del partido de ida, salvo los cambios obligados de Michael Umaña o Cristian Montero por el lesionado “Tuma” Martínez, y Michael Barrantes por el sancionado Randall Azofeifa.

Uruguay recuperará a varios titulares, entre ellos los zagueros Andrés Scotti, Martín Cáceres y Maximiliano Pereira. Aunque perdió por sanción al delantero Luis Suárez. “El partido no será un trámite. Estoy seguro que Costa Rica vendrá con todo”, afirmó Oscar Tabárez, entrenador local.