Viernes 20 de noviembre de 2009, San José, Costa Rica
Ovación | Análisis del fracaso tricolor / Galería de fotos del juego contra Uruguay
“Sele” del “casi, casi”
A pedazos se cayó la esperanza. Aquí les presentamos a los principales culpables
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    A su regreso, Ricardo González daba la sensación que meditaba que su paso por la Selección ya terminó. Él y varios futbolistas acabaron un ciclo. Rafael Pacheco
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    Con su falta de entrega, la “Sele” se mató sola. AFP

Esteban Cuvardic
ecuvardic@aldia.co.cr

Montevideo, Uruguay. ¿Lo bueno? Que el empate de la “Sele” en Uruguay fue algo digno. ¿Lo malo? Que la Tricolor fracasó, porque no clasificó al Mundial de Sudáfrica en el 2010.

Seamos sinceros. Los charrúas fueron mejores que nosotros. Ganaron en Tibás, y fueron superiores en el estadio Centenario. Tuvieron más el balón y hasta 10 ocasiones claras de gol durante todo el partido.

Claro, Costa Rita también tuvo unas cuatro opciones - incluida la que más duele, la de Álvaro Saborío, le puso ganas y corazón, pero no alcanzó. ¿Por qué? Muy fácil, Uruguay, con todo y sus carencias - no le auguramos un buen Mundial - fue mejor.

En el Centenario, la defensa tica tuvo enormes grietas, una vez más, incluyendo el gol de Abreu.

En la primera parte, Wálter Centeno estuvo flojo, lento, vulnerable, perdió varios balones, y Bryan Ruiz no se vio.

Pero es evidente que el Mundial no se perdió solo en Montevideo. Se empezó a perder cuando Hernán Medford y la “Sapri Sele” estuvieron más de un año sin ganar, principalmente en amistosos. Tiempo valioso perdido, porque en lugar de progreso, la escuadra era como el “cangrejo”.

Se empezó a perder cuando Rodrigo Kenton y su plantel sufrieron el mayor desplome en la historia del fútbol tico, con tres humillaciones consecutivas: goleados en Honduras (4-0), goleados en casa por México (0-3) e incapaces de sumar un solo punto en El Salvador (1-0). Se empezó a perder cuando la “Roja” no pudo sostener un 0-2 a favor en Estados Unidos: luego del segundo gol de Bryan Ruiz, el equipo se vino abajo y en el último segundo la negligencia en la marca nos sepultó.

Se empezó a perder cuando Costa Rica, ya con René Simoes, pecó al caer en casa contra Uruguay (0-1), un desliz difícil de revertir en el legendario Centenario. ¿Lo De los tres entrenadores - Medford, Kenton y Simoes -, ¿cuál fue el principal culpable? La respuesta es evidente: Kenton, pues llevó al equipo estelar a la Copa de Oro - un torneo que a nadie le importaba -, afectando la pretemporada de los jugadores. Y claro, fue el “cerebro” del insultante desplome en la segunda vuelta de la hexagonal. En la primera hizo 12 puntos, y aún así no se clasificó. Imperdonable.

¿Y Eduardo Li? Es el jerarca de la Federación, así que también fracasó. Uno de sus errores fue no conseguir buenos fogueos para la “Sele”. Pero hay que reconocerle algo: sus decisiones con los entrenadores no parecieron equivocadas: todo el mundo quería a Medford, y lo puso. Luego lo quitó cuando aún había tiempo. Nombró a Kenton y el asunto iba bien. No lo iba a quitar por una sola derrota (en Honduras); luego vino lo de México, pero el juego en El Salvador estaba a tres días. Después no le quedó más remedio que despedirlo, aunque el equipo ya estaba con la soga al cuello.

Y eligió a Simoes, un técnico que tuvo cierto éxito en el área de la Concacaf.

Pero nada de eso alcanzó. Al final, fracasó Li; fracasaron Medford, Kenton y Simoes; fracasaron los jugadores - incluyendo los lamentables actos de indisciplina de Gilberto el “Tuma” Martínez y Froylán Ledezma -. Y fracasaron las convocatorias a la “desesperada” de veteranos como Luis Marín y Rolando Fonseca.

“Pero la vida sigue”, dice Simoes. Sin embargo, nadie podrá olvidar el “legado negativo” de esta Selección. El equipo del “casi, casi”. Pero en la vida y el fútbol, el “casi, casi” no sirve de nada.

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