Dublín, Irlanda/DPA.- Los niños vivieron un infierno al amparo de la Iglesia Católica. Sacerdotes irlandeses abusaron durante décadas de sus pupilos, mientras la cúpula eclesial ocultaba sistemáticamente los casos para evitar un escándalo y las autoridades estatales miraban para otro lado.

Estas son las conclusiones que se desprenden de un informe presentado el jueves pasado en Dublín. El estudio analiza los acosos perpetrados a lo largo de 30 años, entre 1975 y el 2004, en la arquidiócesis de la capital irlandesa.

Los resultados coinciden con el informe presentado el pasado mes de mayo, según el cual entre la década de los 30 y la de los 90, miles de niños que vivían en internados y estudiaban en escuelas católicas de la isla, recibieron palizas, fueron violados y humillados por sacerdotes, monjas y monjes.

El nuevo informe pone ante todo en entredicho a los altos mandos eclesiales y al Estado. Los terribles sucesos fueron ocultados, ya que la cúpula de la Iglesia estaba más preocupada por mantener el buen nombre de la institución que por el bienestar de los niños a quienes debía educar y cuidar en el nombre de Jesucristo.

Se quedaron callados

En lugar de alertar a la Policía de los casos de abuso, los dirigentes de la Iglesia trasladaban a los religiosos involucrados en los abusos a otras congregaciones. Según el informe, cuatro arzobispos mantuvieron en secreto las informaciones con las que contaban.

El estudio investigó una “muestra representativa” de acusaciones de 320 niños contra 46 curas, 11 de los cuales ya han sido juzgados. Hay listas con cientos de ataques de religiosos pedófilos contra niños indefensos. Un clérigo admitió que abusó de más de 100 niños y otro confesó que cometió ataques sexuales cada 15 días durante más de 25 años.

La comisión de investigación también puso de relevancia la deficiente actuación el Estado irlandés. Según las 700 páginas del informe, promovió la ocultación de lo ocurrido y permitió que las instituciones eclesiales escaparan al peso de la ley. Así, en uno de los casos, la Policía tardó 20 años en abrir una investigación.

El jefe de la Policía irlandesa, Fachtna Murphy, pidió disculpas por el fracaso de los investigadores durante aquellos años. El máximo responsable de la Iglesia Católica en Irlanda ya se disculpó, tras los datos conocidos en mayo.

“Lamento mucho y me avergüenzo profundamente de que los menores sufrieran algo tan aterrador en esas instituciones”, había dicho el cardenal Sean Brady.

El ministro de Justicia de Irlanda, Dermot Ahern, prometió a las víctimas que los culpables que aún viven tendrán que comparecer ante los tribunales.

“Como padre y como miembro de esta sociedad siento asco y enfado”, dijo Ahern tras conocer el informe.

Mientras, una de las congregaciones católicas que dirige muchos de los internados en los que se cometieron abusos prometió indemnizaciones económicas por el valor de $241,5 millones.

Los fieles católicos se mostraron consternados tras los datos publicados. “El dinero no compensará a las víctimas. ¿Cómo se compensa a alguien que ha sido violado?”, comentó un feligrés.

EFE y AFP.- Víctimas de abusos sexuales cometidos por los curas de Dublín dijeron sentirse “reivindicadas” y pidieron sanciones.

“Es el final de un camino muy largo para quienes hablamos durante tantos años y fuimos despreciados por la Iglesia y tildados de mentirosos”, comentó Marie Collins, abusada en 1960.

Maeve Lewis, directora del grupo de apoyo “One in Four”, expresó su ira porque algunos de los maltratos se pudieron prevenir, pero la Policía no actuó a tiempo.

“Esta gente es tan culpable como los propios delincuentes sexuales”, agregó. Andrew Madden, quien es otra víctima, está “horrorizado” por las revelaciones, pero estimó que el Gobierno también es responsable porque se negó a actuar cuando él hizo públicos los abusos y el intento de la Iglesia de comprar su silencio hace 14 años.

El ministro de Justicia de Irlanda, Dermot Ahern, prometió que los sacerdotes pederastas serán juzgados y pidió perdón a las víctimas por la política de ocultismo de la Iglesia y el Estado.

“Las personas que cometieron estos despreciables crímenes, sin importar cuándo ocurrieron, serán perseguidas”, agregó el ministro.