Patricia Recio G.
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La Navidad es una de las épocas más esperadas por Carl Dickerson, un piloto pensionado que tiene 40 años de vestir el traje rojo más famoso del mundo.

En diciembre, los pequeños esperan ansiosos el turno para sentarse en su regazo y pedirle aquel añorado regalo que esperan encontrar al pie del árbol navideño, al amanecer del día 25.

Al igual que el verdadero Santa, este “Colacho”, de origen estadounidense, le ha dado la vuelta al mundo, no solo en su labor como piloto, sino como misionero. Ha llevado alegría y esperanza a miles de niños de escasos recursos, gracias la Fundación Piedad, una organización con la cual trabaja para ayudar a las escuelas marginales.

¿Cuál fue la primera vez que se vistió de “Colacho”?

La primera vez fue en la Navidad de 1969, allá en Texas, Estados Unidos. Desde esa fecha he sido Santa en Alaska, Canadá, China, México, Panamá y Costa Rica.

¿Por qué le gusta vestirse así?

Cuando yo era niño siempre tuve una gran admiración hacia él (Santa Claus), me ilusionaba mucho cuando se acercaba la Navidad por esperar el regalo que Santa me traería.

¿Qué es lo que más le gusta de encarnar a este personaje?

Siempre me han gustado los niños, a mí me encanta verlos con esa ilusión en sus ojitos cuando se acercan a mí.

¿Hasta qué edad creyó usted en Santa Claus?

Como hasta los nueve años.

Cuando sus hijos eran pequeños, ¿se vestía para ellos?

Sí, todos los años. Una vez fui a la escuela de mi hijo y cuando llegó a la casa, me dijo “papi que afortunado eres, tienes un reloj justo igual al de Santa”.

¿Qué pasó cuando sus hijos descubrieron que usted era San Nicolás?

Fue una tristeza muy grande, porque ya ellos no me veían con los mismos ojos.

¿Qué es lo que más le piden los niños esta Navidad?

Este año me han pedido muchos nintendos Wii y bicicletas. Las niñas siempre piden muñecas.

¿Alguna vez le han pedido algún regalo raro?

No fue raro, sino muy triste. Una vez se me partió el corazón cuando una niña se me acercó y me dijo que lo que pedía era que su papá dejara de pegarle a su mami. Yo le contesté que iba a hacer todo lo posible por cumplirlo y oré mucho a Dios, con todas las energías, para que esa pequeña no sufriera.

¿Alguna vez de pequeño Santa le quedó debiendo un regalo?

Sí, una vez le pedí un casco de los Boy Scouts, pero nunca llegó.

¿Cuál es el mejor regalo que le ha traído Santa Claus?

Mi esposa Mery Matamoros, una tica que conocí cuando llegué aquí, hace nueve años, y con la que llevo seis años de casado.

¿Es muy frecuente que los niños se asusten cuando se le acercan?

De todos los niños que llegan aquí, un 90 por ciento de los varoncitos menores de tres años, son los que lloran, las niñas son muy pocas las que se asustan.

¿Usted cree que Santa debería existir?

Sí, porque en el mundo hay muchas personas que necesitan creer en el verdadero espíritu de la Navidad.

¿Qué le pediría usted a Santa en esta Navidad?

Que ningún niño en el mundo tuviera que pasar hambre.

Tras el traje

Carl Dickerson

Edad: 60 años.

Hijos: dos.

Dato: Nació en Texas, Estados Unidos. Trabajó como piloto durante 39 años y ya está pensionado. Ahora hace labores humanitarias con la Fundación Piedad.