Juan Diego Villarreal
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No hubo suficientes palabras para describir al final la emoción que embargó a los integrantes de la Selección Sub 20.

Tras derrotar 2-0 a Egipto, la Tricolor avanzó a los cuartos de final del Mundial juvenil, en la tierra de los faraones.

Marco Ureña, en el epílogo del juego dio el puntillazo, lo gritó a viva voz, e hizo retumbar las míticas pirámides, mientras las esperanzas de los egipcios ese ahogaron en el mismo río Nilo.

A través de las ondas de la radio, la felicidad era palpable en las voces de los juveniles que sencillamente hicieron historia.

Costa Rica desde 1985, cuando asistió a su primer mundial en China a nivel infantil, jugará cinco partidos en una fase final de campeonato, después de 17 presentaciones mundialistas a nivel, mayor, Sub 20 y Sub 17.

“Hicimos el partido perfecto, así como lo habíamos planeado. Dimos lo máximo y estamos haciendo historia”, dijo orgulloso el delantero Diego Madrigal.

José Mena había puesto a soñar a la Tricolor al minuto 21 cuando sorprendió de cabeza en el segundo palo y silenció a los 70 mil espectadores del estadio Internacional de El Cairo.

Los faraones no lo podían creer, y se lanzaron con todo al ataque, pero sin resultado.

Ureña al 88 acarició la gloria para quedar en la historia.