Alexander Aguilar
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Las sombras de la adversidad no cesan de nublar el camino de la Selección Nacional, urgida de dos victorias en el cierre de la eliminatoria de Concacaf.

Primero le programaron partidos del torneo local el domingo anterior, cuando se había acordado lo contrario con los clubes.

Ese mismo día se dio a conocer que su volante Celso Borges se había lesionado con el Fredrikstad en la Liga de Noruega, misma suerte que corrió el cartaginés Óscar Seravalli en su partido contra Liberia.

En el mismo domingo “trágico” llegó al país el legionario Gilberto Martínez, quien en lugar de presentarse a la concentración del equipo se fue para Playa Tambor, lo que provocó el lunes su separación de la Tricolor.

Y para seguir con la mala racha de bajas el martes se anunció que otro legionario como Roy Myrie quedaba fuera del partido del sábado contra Trinidad y Tobago, por presentar un cuadro gripal que lo apartó del camino.

“Ahora pensemos en los muchachos que se están matando aquí. Hay que honrar la camiseta del país. Grupo, compromiso y camiseta, es lo único que queda”, destaca Marcelo Tulbovitz, preparador físico de la “Sele”.

El jugador Luis Marín, por su parte, le pone poca atención a la adversidad. “Estamos concentrados en lo que tenemos que hacer para ganar los partidos, eso es lo único que nos importa”.

Luis Diego Arnáez, asistente del técnico René Simoes, enfoca sus baterías hacia el colectivo para sacar el boleto mundialista. “El compromiso es con el país por la situación en la que estamos”.