El Cairo/ AFP.- Costa Rica, por primera vez cuartofinalista de un de un torneo de la FIFA, presentó dos caras diferentes desde el primer partido en la competencia de Egipto, cuando fue humillado por Brasil, hasta la victoria merecida contra Egipto en octavos.

La verdadera selección de Costa Rica se vio en la victoria contra Australia. El campeón de la Concacaf ya no tenía nada que ver con aquel equipo que cayó ante Brasil en la primera jornada.

En apenas nueve días, desde el 27 de septiembre en que fue arrasado por la selección auriverde, hasta el 6 de octubre, cuando no dio ninguna opción a Egipto, el equipo 'tico' parecía otro.

La transformación del equipo fue camaleónica y fueron muchas las horas de trabajo psicológico del equipo técnico para concienciar a los jugadores de que el torneo continuaba y la humillación ante Brasil sólo fue un tropezón.

Y todo se dio de una manera vertiginosa. El técnico empezó a mover el equipo. Sólo algunos jugadores fueron intocables, entre ellos el portero Esteban Alvarado, que hizo grandes partidos, particularmente contra Egipto, los defensas José Mena, Christian Gamboa y Bryan Oviedo y el centrocampista Diego Estrada, que siempre fueron titulares.

Fue cambiando en el centro del campo a hombres como Daniel Varela, David Guzmán, Allen Guevara, Diego Madrid, Jorge Castro y Carlos Hernández, aplicando el tan de moda método de las rotaciones para que los jugadores afronten en las mejores condiciones las largas competiciones.

Lo mismo hizo con sus delanteros Josué Martínez y Marcos Ureña, que empezaron juntos contra Brasil y no volvieron a coincidir como titulares hasta el duelo de octavos de final contra Egipto.

Frente a Australia comenzó con sólo Josué Martínez en punta y frente a República Checa con Marcos Ureña, y por ahora están empatados a goles.

5

jugadores de los 21 que están en el Mundial que se han mantenido como titulares.