Carlos Láscarez S.
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Un total de 16 extranjeros, entre dominicanos y colombianos, fueron detenidos ayer en el sector de “tierra dominicana”, en la capital, luego de que un contingente de más de 50 policías tomó la zona durante tres horas.

La acción policial comenzó a las 2:40 p.m., luego de que agentes del OIJ y del Servicio Policial de Intervención Inmediata (SPII), allanaron varios locales comerciales y cerraron una cuadra.

Horas antes, en la iglesia de barrio Don Bosco, despidieron ayer a José Aguilar Aguilar, un vendedor ambulante, de 78 años, que falleció tras ser impactado por una bala perdida el lunes pasado, cuando caminaba por la parada de buses de Heredia. ( ver nota).

El operativo se centró en un café Internet, varios bares, un supuesto centro de llamadas internacionales y una entrada que daba hacia una oscura cuartería, dijo la Policía.

También se contó con la ayuda de personeros de patentes del Ministerio de Salud, efectivos de la Policía Municipal, del K-9 y de la Unidad de Intervención Policial (UIP), quienes cerraron un negocio de sándwich cubano, encontraron un arma beretta 9 milímetros y cantidades pequeñas de marihuana y crack.

Raúl Rivera, comandante y jefe de la Policía Metropolitana, afirmó ayer que el operativo tenía como fin combatir la droga que se expende en la zona y el arresto de personas indocumentadas.

“Se detectó a un sujeto con un permiso irregular de un arma de fuego. A partir de hoy (ayer), la Policía hará una intervención sostenida para controlar todo”, aseguró Rivera.

Agregó que uno de los arrestados fue pasado de inmediato con una acusación a los tribunales, mientras que el resto fueron remitidos a la Policía de Migración y Extranjería para investigarlos.

Entre los capturados hubo una dominicana de apellido Moreno, de 21 años, quien ingresó a Nicaragua el 29 de mayo pasado y 15 días después, se casó con un costarricense a quien dijo no conocer.

De vuelta en nuestro país, indicó que la habían casado para residir de manera legal en el país.

“Don José nos salvó la vida a mi hija y a mí”

Gloria y su hija ayer en su casa. Meilyn Aguilera.

Gloria Castillo Lacayo, una nicaragüense de 26 años y con 13 de vivir aquí, aún no supera la experiencia vivida.

Ella y su hija Katherine, de ocho, acompañaban a José Custodio Aguilar, cuando cayó asesinado durante una balacera, al parecer, entre colombianos.

Al oír el tiroteo, él les ordenó tirarse al suelo y las cubrió con su cuerpo.

“¡Gloria, me mataron!”, exclamó el vendedor ambulante de 78 años. Le agarró la mano y cerró los ojos.

Gloria y su hija eran sus vecinas. Ambas lo acompañaban a cambiar un cheque en un banco cercano cuando comenzó el tiroteo, a 50 metros de “tierra dominicana”, en el centro de San José.

“La primera noche no dormí. En la segunda, me recetaron pastillas. Hoy no sé qué pasará”, dijo minutos después de llegar a su casa del sepelio del entrañable amigo que les salvó la vida a costa de la suya.