Milton Montenegro
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¿Quién juega? y ¿a qué hora es el partido?, preguntas que algunos latinos, sobre todo salvadoreños, suelen hacer cuando se dan cuenta que soy de Costa Rica y les da curiosidad saber qué hago en la tierra del “Tío” Sam.

Aquí no es como en “tiquicia”, no se invade día y noche con la propaganda del partido, menos sale el presentador de las noticias con la camisa de las barras y las estrellas pegada al pecho.

Para los medios el partido casi no es asunto de ellos, tanto que el periódico Usa Today no publicó ni una sola nota del compromiso, mientras el Washington Post, apenas mencionó la clasificación norteamericana al Mundial.

Así que a doña Erminia, quien labora en el hotel donde está hospedada la Tricolor, le pasamos todo el “santo”, hora y la importancia del partido, al menos para nosotros.

Quizá ella corre la voz y alguno de sus paisanos salvadoreños se da la vuelta y observa el juego, pero cuando a la señora le di a conocer los precios, casi le da un “patatús”. “Está muy caro”, comentó sobre los $35 (¢21 mil) de la entrada más barata.

“Uno mejor se queda en la casa, porque pagar por boletos, más lo que se come en el estadio y pagarle a la “babysitter” (niñera) para que cuide a los niños, saldría carísimo”, expresó la señora.

Tiene razón y eso que no sumó los $15 (¢8.900) que cobran en el parqueo por cuidarle el vehículo.

Con tanto que deben meterse la mano a la bolsa, ojalá los aficionados ticos que viven aquí regresen felices y festejando la clasificación.