Hugo Solano
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Tras escuchar el fallo que lo condenaba a 20 años de prisión por dos violaciones, Andrés Alvarado Prada, karateca conocido como “Gato”, se desvaneció.

Su abogado, Andrés Pérez, un custodio, el hermano que estaba a su lado y otro familiar le dieron agua, le soltaron la corbata amarilla que usó ayer y lo reanimaron. Sentado, siguió escuchando.

Muy puntual, a las 4 p.m., vestida de negro, la presidenta del Tribunal, Alicia Salas, dictó también seis meses de prisión preventiva contra Alvarado, quien al final salió esposado por los pasillos que comunican al garaje de los nuevos tribunales de Pavas, donde lo esperaba el vehículo policial.

Fueron absueltos por dudas el hermano de “Gato”, conocido como “Taz”, y los otros dos acusados de apellidos Espinoza (“Checho”) y Luque (“Coco”).

“Gato” deberá pagar junto con los propietarios del bar Bokaos y la sociedad Servicios Internacionales de Seguridad Romero y Cía., solidariamente, ¢63,8 millones a la víctima, de apellido Víquez, por los daños causados.

Traumatizada

El juez Gustavo Cedeño explicó que a los imputados no se les juzgó por su vida, sino estrictamente por los hechos.

En materia de género, citó jurisprudencia de la Sala Tercera en el sentido de que la interpretación de las normas penales son un espacio para mantener el poder entre géneros y colocan en desventaja a las mujeres.

“En un proceso por violación, la prueba debe ser analizada con las reglas de la experiencia, la lógica y la psicología”, agregó.

Fue determinante, dijo el juez, el testimonio de la ofendida para que el Tribunal fundamentara la pena.

“Este tribunal le cree a la ofendida porque ella viene en forma persistente a lo largo de cinco años diciendo que el día de los hechos el sexo que mantuvo con el imputado no fue voluntario, sino a la fuerza”, dijo la jueza Salas.

El hecho de que haya lagunas en su testimonio fue, a juicio del Tribunal, producto del estado de ebriedad de la muchacha, agregó. la Presidenta.

Destacó que los guardas de seguridad afirmaron que la sacaron del carro muy tomada, alzada, sin zapatos y vomitando.

Los jueces mencionaron que un cambio en el ánimo de la víctima iba a ser detectado por el papá, Fernando Víquez, lo cual este declaró en el juicio y fue importante, dijeron, para dar este fallo. Víquez había declarado que ella no pudo terminar sus estudios en México y quedó traumatizada.

Divididos

Sonia Salgado.

Sonia Salgado, Querellante.

Estamos sumamente satisfechos con la fundamentación del Tribunal, sin prejuicios sexistas. Fue un fallo atinado”.

Andrés Pérez, Defensa “ Gato”.

Las explicaciones de la jueza confrontadas con las del juez Abarca son contradictorias. Iremos a Casación”.

Fernando Víquez, Padre víctima.

El tamaño de la pena lo determina la ley, aquí lo importante para nosotros es que se acreditó el delito”.

Laura Pacheco Arce, Mamá víctima.

Ha sido un proceso impresionantemente duro, y el dolor ha sido indescriptible porque es un daño irreparable”.