Carlos Láscarez Santamaría
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La corredora de bolsa María Laura Víquez Pacheco, de 25 años, víctima de violación por parte de un karateca sentenciado anteayer a 20 años de prisión, aseguró a Al Día que por primera vez en cinco años pudo dormir con su corazón tranquilo y sin miedos.
¿Cómo durmió antenoche?
Dormí tranquila, fue una noche diferente, ya sin la incertidumbre de no saber qué va a pasar, de si se va a hacer justicia o no y de cuál iba a ser el veredicto.
¿Cuáles sentimientos tenía antes de la sentencia?
Todo el día sentí algo extraño en el pecho. Estaba nerviosa, ansiosa, con susto. Traté de estar ocupada toda la mañana. Como terapia, fui a cortarme el cabello, después fui a misa, donde Sor María Romero. Ahí, me llené de agua bendita por todo lado. Luego almorcé y fui al hospital Cima, donde el psiquiatra. Mientras esperaba a mis papás, volví a ver la puerta de Emergencias y recordé que hace cinco años entré por esa puerta y ahora iba para los tribunales a ver qué iba a pasar.
¿Dónde y con quién escuchó la sentencia?
Estaba con mis suegros, en el carro de mis papás, pero nunca encontré la estación para oír. De un carro estacionado enfrente, salió una señora que lloraba y gritaba ¡20 años, 20 años! Nunca voy a olvidar su imagen. Lo primero que pensé fue que sea cierto, ya que necesitaba escucharlo de alguna persona que estuviera dentro.
¿Cómo lo tomó?
En ese primer momento, estaba como en neutro, no supe qué hacer. Lloré un poco y le di gracias a Dios porque se había hecho justicia. Le mandé un mensaje a mi hermano y a mi hermanita.
¿Qué le pareció el fallo?
Estoy muy satisfecha de que se haya hecho justicia. Estoy tranquila y en paz, porque el principal imputado está en la cárcel. Sé que si yo no lo hubiera denunciado, probablemente le hubiera hecho eso (violación) a otra persona. Es como una advertencia para otros hombres que actúan así. Sin embargo, no existe sentencia que revierta lo que me pasó. Sienta un precedente en la sociedad. No sabía que era la primera mujer que hablaba de estas cosas.
¿Siente que sacó la cara por otras mujeres?
Me tomó por sorpresa, ya que no tenía idea del impacto que iba a tener el haberlo hecho público y ponerle una cara a todo esto. Creo que todavía no me he dado cuenta de lo trascendental que ha sido y cómo se sienten identificadas conmigo las personas que han sufrido abuso. No imaginaba que iba a ser la encargada de representar a muchas mujeres. Tuve que quitarme la vergüenza, los miedos y el qué dirán.
¿Qué la motivó a presentar la denuncia?
Desde que supe lo que me había pasado, ese mismo día le dije a mi papá que quería denunciar. Siempre supe que ese era el camino; era mi derecho. No hubiera podido vivir tranquilamente sabiendo que andan cuatro agresores sueltos en la calle. No imaginaba que me llegaran a contar que a otra mujer le habían hecho lo mismo. Me llena de dolor el pensar que no todo el mundo tiene los recursos para enfrentar un proceso judicial como este.
En estos cinco años, ¿qué fue lo más difícil de enfrentar?
Fue al principio, desde que me llevaron al hospital, y todos los días siguientes. Esos fueron los días más espantosos de mi vida. Creo que, al final de cuentas, me dio fortaleza. Dejé de meterme en Internet, ya que me insultaron de todas formas y a mis familiares también. Solo Dios me dio fortaleza, me ha llenado de bendiciones. Creo que la justicia divina es más sabia y premia antes de castigar.
¿Cómo ha llevado el hecho de estar casada?
Mientras recibía terapia en México, conocí a mi esposo. Siento que Dios me mandó allá para conocerlo. Después de Dios, ha sido el principal apoyo que he tenido y la bendición más grande. Su fortaleza y valentía me ayudan. Él vio muchas cosas buenas en mí por lo que estaba haciendo.
¿A quiénes agradece?
A mis padres, mis hermanos. A toda mi familia. El apoyo de ellos fue indispensable. A los excompañeros de colegio y las personas que sin conocerme llegaban a los tribunales.
¿Qué planes tiene ahora?
Estoy incapacitada aún. Tengo que bajar las emociones. Quiero estar tranquila. Trataré poco a poco de volver a la vida cotidiana. Desde hace un año, practico atletismo. Mi próxima meta es correr la maratón de Chicago con mi esposo en octubre. Hago ejercicios todos los días, y no es justo que por el juicio no lo haga. Aunque sea caminando, llego. Eso me va distraer y servir de terapia.
¿La lectura o la cocina?
No cocino mucho, pero me gusta. Antes del juicio, estaba leyendo el libro “Cuando cosas malas le pasan a la gente buena”, el cual estaba bonito.
¿Cómo se ve en el futuro?
Me gustaría sacar alguna maestría con mi esposo, fuera del país. Por ahora, no lo veo posible porque estamos pagando carro y casa. En unos años, a mediano plazo, me gustaría formar una familia, antes de cumplir 30 años. Si fuera por mami, sería mañana.
Su corazón ¿ya perdonó al que abusó de usted?
Cuando me voy a confesar, le digo al padre que esa es la parte que me cuesta más. No tengo un odio tan espantoso en el corazón como para desearle mal, pero de ahí a que pueda perdonar, creo que no.
¿Siente temor de los otros tres que fueron absueltos?
Por supuesto que sí. Les tengo terror. Soy muy cuidadosa, y ya no confío en nadie. Nunca volveré a ir a un baño sola. Espero, por el bien de ellos, que cambien de actitud.
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