Franklin Arroyo González
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Hasta ocho horas puede durar un inspector de Tránsito para levantarle un parte a un conductor borracho.

Así lo aseguró ayer el director de Tránsito, Germán Marín, quien comentó que cuando los Tribunales de Flagrancia están saturados por que atienden otros delitos, los tráficos deben armarse de paciencia.

“Cuando nos va bien podemos tardar una hora u hora y media, pero a veces hemos tardado hasta ocho horas. No pasa todos los días y uno entiende que la Fiscalía no tiene suficiente personal para atender todos los delitos”.

La Policía de Tránsito efectuó el viernes pasado, en la noche, operativos donde detectaron doce conductores ebrios, quienes fueron enviados a la Fiscalía.

Marvin Jiménez, delegado de Tránsito de San José, dijo que antes de la reforma a la ley, un oficial detenía a un conductor borracho, aplicaba la prueba y confeccionaba la boleta. “En eso se tardaba como quince minutos y uno quedaba listo para ir a atender otros casos. Ahora es un calvario”.

Comentó que lo ideal es que exista un fiscal para atender los casos específicos de tránsito.

Los operativos del viernes se efectuaron en la Avenida Segunda, por la Iglesia La Soledad, en Desamparados y Tibás.

También hubo en Alajuela, en las inmediaciones del Mall Internacional, y en Cartago, por Hacienda Vieja.

“A estas alturas no deberían haber conductores que se la jueguen. Es una cantidad significativa”, explicó Marín.

Pero dijo que la cantidad de conductores sorprendidos bajo los efectos del alcohol es mucho menor que antes de la reforma a la Ley de Tránsito. “Sin embargo, ese es el promedio (12) de detenidos desde que se hizo la reforma”.

Los autos fueron decomisados y trasladados a los planteles del Ministerio de Obras Públicas y Transportes.