El calor que hizo en la Caja Mágica, debido a los focos y a la falta de un aire acondicionado con mayor fuerza, fue insoportable.

Durante el descanso del juego amistoso entre EE.UU y España en baloncesto, todos los palcos ‘vip’ se vaciaron en busca de un refrigerio.

Todos menos uno, el de Cristiano Ronaldo, que se quedó sentando. Una nube de aficionados se aglutinó alrededor del crack portugués para sacarle una foto, pero éste no se volvió para saludarlos. De hecho, por delante suyo pasaron muchos compañeros de profesión, futbolistas como por ejemplo Codina, Borja o Miguel Torres (todos ellos del Getafe y con pasado madridista), y no se cruzaron saludo alguno. Sólo con su compatriota Tiago le estrechó la mano.