Karla Barquero y Christian Campos, corresponsal GN
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Sus modelos no son para nada comunes: peces, delfines y hasta temibles tiburones posaron para el lente del biólogo marino colombiano, Edwar Herreño, quien ha pasado los últimos seis años en la Isla del Coco.

Su trabajo se exhibe actualmente en la galería Hidden Garden, ubicada en Liberia.

Para realizar las 18 fotografías que se encuentran en la muestra, Herreño tuvo que pasar unas 5.500 horas bajo el agua.

El fotógrafo se armó de paciencia para conseguir la foto que más le costó: los tiburones.

“La gente tiene un equivocado concepto de los tiburones. Ellos son tímidos y le huyen a las burbujas, personas y botes”, aseguró el científico marino.

Herreño advierte que la notoriedad que los científicos marinos le imprimen a la Isla del Coco tiene una razón fundamentada.

“La Isla del Coco es de los lugares más privilegiados donde hay una verdadera riqueza marina que no se encuentra en otras latitudes. En el mundo marino hay unas diez especies de tiburones y ahí llegan nueve de ellas. El lugar es único” dijo Herreño.

Gracias a su equipo, valorado en $15 mil con lentes incluidos, Herreño consiguió estas fotografías para mostrar el lado profundo de la isla.

“Una vez me topé a siete tiburones tigre de una sola vez. Ese día me quedé sorprendido por ver a tantos juntos y aproveché la imagen para dejarla en el clic”.

En otra ocasión logró capturar con su lente el cortejo de un tiburón a su hembra.

“Estaban muy pegados a la pared de la tierra submarina de la Isla del Coco. El agua estaba caliente y yo estaba cerca cuando los vi. Me quedé tranquilo y fue como ver un enamoramiento entre un hombre y una mujer. Fue uno de mis mejores tesoros fotográficos”, relató Herreño.

El autor de las fotografías es el biólogo marino Edwar Herreño, de nacionalidad colombiana.

De sus 32 años, 16 los ha pasado bajo el mar buceando y lleva 14 años de dedicarse a la fotografía submarina y tiene aproximadamente 6 mil buceos.

Además, Herreño ha hecho documentales en video y en fotografía que le han dado la vuelta al mundo.

De acuerdo con el artista, la imagen que está en exhibición y que más le costó fue la del tiburón martillo.

“Esperé por 40 minutos escondido sin hacer ruido y sin emitir muchas burbujas. Cuando lo vi aproximarse, tuve que retener la respiración”, explicó.