Allan Andino
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Cada día que pasa “le va cayendo el 20” sobre la banda que porta, que cada palabra que diga le dará la vuelta al mundo, que millones de mujeres desean estar en su lugar, y que ser Miss Universo conlleva más tareas que lujos.
La hermosísima mexicana Jimena Navarrete conversó con Al Día en exclusiva desde Estados Unidos, y nos contó su aventura como embajadora de la belleza mundial.
¿Cómo ha sido su experiencia en estos primeros tres meses de reinado?
Ha sido increíble, ganar es como ¡wow! pero también es difícil, tiene su buena parte de responsabilidad. A veces de tanto trabajo no duermes, pero es gratificante el poder estar en contacto con la gente, ayudarles y transmitirles un mensaje positivo.
¿Qué países ha recorrido y si ha tenido problemas por el choque cultural?
Ya fui a China, España y a Indonesia dos veces. Fíjate que la comida allí me pareció muy rica, tiene mucho picante al igual que en mi país. Y en cuanto a la cultura todo es muy diferente, la gente, como se visten, pero de cada país vas aprendiendo un poco.
¿Qué es lo que más le ha costado acostumbrarse?
Lo más difícil es estar lejos de tu familia y tu país, pero me he podido adaptar rápidamente. Hay días que me levanto a las 9 a.m., otros más temprano. La mayor parte del tiempo paso viajando y en el aeropuerto.
¿Cómo es su relación con su jefe Donald Trump?
Me ha ido muy bien, no lo conozco tanto, lo he visto unas cuantas veces porque pasa ocupado. Pero está contento de mi gane. Mi apartamento es muy lindo, frente a la Quinta Avenida en Nueva York.
Muchos criticaron su triunfo a raíz de su estatura (1,74 metros), ¿cuál es su posición ante esas opiniones?
Mucha gente piensa que una “miss” debe medir de 1, 80 metros para arriba, pero fíjate que he conocido a varias exMiss Universo como Bárbara Palacios, Zuleyka Rivera, la misma Lupita Jones (directora de Nuestra Belleza México) que son curiosamente, iguales a mí. Cuando tu candidata no gana es lógico esa reacción y agarrarte de donde sea para criticar. En fin, es parte del “show”, algo tiene que decir.
Algunos dicen que ser Miss Universo se limita a viajar y saludar, ¿cómo les demuestra lo contrario?
¡Híjole! Tendrían que viajar conmigo y se darán cuenta que es bien cansado (risas). Es estar todo el tiempo tratando de llegarle a la gente, preparándome para hablarles. Trabajar con personas con VIH es complicado, hay muchas cosas que la gente no se da cuenta. En todos los países visitamos hospitales, personas con cáncer, niños huérfanos. Yo soy vocera por lo que debo estudiar los temas a fondo.
Posó muy sensual para la revista azteca GQ, ¿cómo cuida su imagen para no sobrepasar los límites?
De eso se encargó la organización, yo no me mortifico por eso. Hasta ahora no siento que haya hecho algo que haya dañado mi imagen. Todas las mujeres tenemos nuestro lado sensual.
¿Cómo es Jimena la persona, no la reina?
Soy muy tranquila, me gusta la escuela, estar con mi familia, salir con mis amigas que son parte importante en mi vida, son las mismas desde la primaria.
¿Qué sabe de nuestro país?
Nunca lo he visitado, me han dicho que tiene unos paisajes hermosos, un clima delicioso y que la gente es muy platicadora. Entiendo que el año que entra voy a ir, hay una posibilidad, aún no sé. Me muero por conocer.
¿Qué rumbo tomará después de entregar la corona?
Quiero regresar a vivir a México. Estoy abierta a oportunidades. No he pensando en meterme en actuación, no es lo mío.
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