El estratega manudo Óscar Ramírez volverá a enfrentar al Herediano en una final, pero esta vez desde la banca.
“Es muy diferente como jugador, usted sale del entrenamiento y se va a la casa a ver qué hace, pero como técnico no deja de analizar el juego, porque tiene que aclararle todos los aspectos a los jugadores, para sacar un buen resultado”, comentó.
En 1985 los florenses eliminaron a los manudos en las finales con un marcador de 1-0, en los dos juegos. El “Machillo” sufrió un trago amargo, pues era uno de los volantes creativos de aquel cuadro rojinegro.
Mañana tendrá la posibilidad de olvidar aquel mal sabor de boca, y buscar la campeonización de sus pupilos.
“En el 1985 yo era jugador, estaba muy joven, tal vez esta final sí sea como revancha, porque perdimos en ese momento y ahora quiero ganar”, recordó Ramírez.
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