Australia / DPA.- La nochevieja y la llegada del año nuevo se celebró sin alcohol; cerca de 1,5 millones de personas se congregaron ayer en el puerto de Sydney para despedir el año con una gigantesca fiesta que fue coronada por fuegos artificiales.
Más de 36.000 artefactos pirotécnicos surcaron el cielo de Sydney sobre el puente del puerto y la ópera, lanzados desde 15 puntos distintos.
Pero quienes se acercaron a dar la bienvenida a 2010 no pudieron brindar con champán: la policía prohibió el consumo de alcohol en todos los parques aledaños, a fin de evitar incidentes violentos como en años anteriores.
Tres horas antes que en la metrópolis australiana, la isla de la Navidad, Kiritimati, fue la primera en festejar la entrada del nuevo año.
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