Puerto Príncipe/AFP, AP.- Rose-Marie llora desde que fue sacada de los escombros del restaurante en el que estuvo atrapada cuatro días. La joven aguardó a los equipos de rescate rodeada de los cadáveres de amigos con los que cenaba y según los médicos, aún no se da cuenta que sobrevivió.

“Sólo repite nombres y gime. Cree que está aún en ese restaurante”, afirma una enfermera.

En una cama cercana del hospital israelí de campaña , creado a las afueras de Puerto Príncipe, Jacky Desbois, revive una y otra vez los dos días que pasó bajo las ruinas de una iglesia.

“Era como estar vivo en una tumba. Yo creía que Dios no podía abandonarme y rezaba pero creí volverme loco. Pensé que iba a morir allá y nunca me encontrarían. Unos amigos me sacaron y estoy feliz de estar vivo”, cuenta.

Seis días después del violento terremoto de 7 grados que devastó Puerto Príncipe y dejó alrededor de 200.000 muertos, algunos sobrevivientes siguen apareciendo entre las ruinas. Son cada vez menos y en peor estado, pero los equipos de rescate mantienen viva una pequeña esperanza.

El último milagro en llegar al hospital israelí es Jean Louis Brahms, un bebé de ocho meses que pasó cinco días enterrado. A él, los médicos que lo atienden tratan de salvarle una piernita.

Las tareas de socorro se intensifican en un Haití acechado por la violencia, a medida que la ONU y varios países dan los primeros pasos para planear su reconstrucción. Brigadas de todo el mundo luchan para atender a cientos de miles sin techo, heridos y desesperados por comida, agua y medicina. La situación es caótica por los saqueos y brotes de violencia.

Los precios de la comida y los transportes se dispararon y los incidentes violentos y los saqueos están en aumento, al tiempo que la desesperación crece. La pasta de dientes es de las más codiciadas, porque la gente se la pone bajo las fosas nasales para no sentir el olor de los cadáveres.

La violencia también alcanzó a los socorristas. Este lunes, un estadounidense murió durante una operación de ayuda, en circunstancias aún no aclaradas, mientras que otros tres sufrieron heridas. A su vez, el barrio comercial del centro de Puerto Príncipe está en poder de los saqueadores, que escarban entre ruinas a veces arriesgando hasta sus vidas.