Rodolfo Martín
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Puntarenas. - Douglas Quirós Araya, el taxista asesinado aquí el sábado de cuatro balazos, era testigo en una causa contra 23 sospechosos de integrar una banda dedicada al tráfico local de drogas, trascendió ayer dentro de fuentes judiciales.

Quirós, de 28 años, protagonizó el 10 de julio del 2005, una maratónica comparecencia ante la Fiscalía de Quepos, donde amplió los detalles revelados antes de manera somera y que dieron con la desarticulación del grupo.

Ese operativo tuvo lugar el 29 de abril, cuando los acusados cayeron en siete allanamientos simultáneos en Quepos y Parrita.

La declaración de Quirós, en ese momento, se consiguió mediante un “anticipo juridisccional de prueba”, celebrado en San José por medidas de seguridad.

Quirós no sólo brindó información sobre la composición y el actuar de la supuesta narcobanda, sino que ayudó a infiltrar a un oficial del OIJ dentro del grupo.

Uno de los supuestos líderes, alias “Toño Borbón”, enfrenta una causa por el presunto homicidio en contra, al parecer, de un allegado apodado “Sapita”.

Igualmente, fue investigado por la desaparición del taxista Carlos José Jiménez Murillo de 19 años, quien fue visto con vida por última vez la madrugada del 1.° de diciembre del 2007 tras presentar una denuncia por amenazas.

Jiménez, quien vivía con su familia en el centro de Quepos, salió a trabajar la noche de un viernes con el taxi Land Cruiser Prado, como lo hacía todos los días.

Sin embargo, no regresó a su casa y el carro apareció en Pozón de Orotina, Alajuela, completamente quemado en un sitio solitario. Hasta el día de hoy se desconoce su paradero.