Neyssa Calvo Achoy
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No cabe duda: cuando el humorista Norval Calvo nació Tatica Dios le dio un don especial porque sabe ponerle picardía a las malas noticias y ganar carcajadas con sus imitaciones.

¡Y es que le salen tan naturales que cualquiera pensaría que don “Pepe” Figueres regresó de la tumba o que Fidel Castro llegó de incógnito a suelo tico!

Curiosamente, este josefino aseguró ser tremendamente tímido, lo que es difícil de imaginar, en especial cuando es la estrella de su programa “Pelando el ojo” en radio Monumental. Y más aún, al contar que durante su infancia y adolescencia en las que era todo terremoto.

En la escuela Juan Rafael Mora, donde estudió, confesó que sólo por “jodedera me oriné frente a todos en el basurero de la clase y le quitaba la silla a los compañeros para que pasaran recto al tratar de sentarse”.

En el colegio no fue muy distinto. Le dio por imitar a los profesores y cuando le tocó el turno al director, tuvo la mala suerte de no darse cuenta de que el señor estaba a sus espaldas y por eso lo expulsaron una semana.

Su mayor pasatiempo es escuchar a la gente y de paso, se retroalimenta para hacer mejor su trabajo. Eso sí, sin olvidar por un instante que si algo disfruta Norval es cantar en los karaokes aunque sean “las mismas de siempre”, señaló con humor.

En su reportorio no pueden faltar “Mujeres divinas” de Vicente Fernández y su favorita “Vive”, de José María Napoleón por considerarla una invitación a disfrutar la vida con intensidad, un tema que él mismo trata de aplicar todos los días, aunque confiesa que hay cosas que debe corregir como retomar el ejercicio que dejó por pereza.

“¡Qué va! No me cuido para nada. Como de todo, no hago ejercicio y a veces trasnocho. Tengo que ver si le pongo de verdad”, dijo Norval, quien asegura que casi no tiene tiempo libre.

“Los horarios son muy complicados”, dijo, pero él sabe que lo que hace circula por sus venas. Es su pasión.

No olvida sus andanzas como adolescente cuando soñaba con ser periodista y se divertía con los amigos del barrio, en Pavas, imitando a los ídolos del deporte como Luis “El rápido Ortiz”, a Javier Rojas, a presidentes y personajes que estaban de moda como don “Pepe” Figueres, Rooper Alvarado y Rodrigo Fournier, entre otros.

Entre las carcajadas de los “compas” del barrio, supo que su negocio era matar a la gente, pero de risa. Ya han pasado 20 años desde entonces y jamás imaginó en aquella época de juventud que llegaría hoy donde está.

A su paso se encontró grandes maestros como Carmen Granados, Lucho Ramírez, Luis Fernando Crespi, Las Cuatrufias, Luis Fernando Crespi, Parmenio y su amigo entrañable Froylán Bolaños, entre otros figurones.

Junto a ellos aprendió a tomar lo negativo con humor y hasta agradecerlo porque asegura que es la gasolina que lo impulsa para seguir adelante.

Detrás del telón

Su mayor reto fue imitar a Miguel Ángel Rodríguez, porque tiene una voz muy particular. Y a quien nunca podría igualar es a un tenor, simplemente porque tiene tonos difíciles de llegar, aseguró Norval.

Dice ser un gran enamorado de la belleza femenina y le atrae mucho la mujer sincera y honesta. Para él, los implantes, los bronceados salvajes y los cabellos aplanchados se acaban con el tiempo y lo demás es lo que permanece.

Le gusta servir. Se define como un tipo tranquilo.

Sueño

Disfrutar la vida intensamente porque pasa rapidísimo en un abrir y cerrar de ojos.

Tiene dos hijos: Pablo César, de 17 años y Alejandro de año y nueve meses.

Ni un huevo cocina y su “refri” asegura que solo hielo tiene porque come fuera de casa.

Piensa estar pensionado y descansando en alguna finca criando chanchos.

Es 100 por ciento dulcero y asegura que su delirio son los postres. Le encanta la comida japonesa.

Trabaja en una propuesta para televisión y espera tenerlo lista pronto y fortalecer “Pelando el ojo”.