Edgar Fonseca

A llenar las urnas.

Que nadie se quede en la casa.

Hagamos realidad, una vez más, este 7 de febrero, ese derecho sagrado que nos da la democracia.

Votemos por lo mejor para el país.

Por su estabilidad.

Por su crecimiento.

Para que profundicemos en la mejor de las oportunidades, para esta y las demás generaciones, en una era de integración irreversible.

Que lo hagamos sin perder de vista crecientes demandas sociales a las que el país ha sabido responder a lo largo de su camino como modelo en el hemisferio y en el mundo.

Compitamos porque, en desarrollo, el país se codee con los mejores en el continente y en el orbe.

Chile, Brasil, los tigres asiáticos son el ejemplo.

Que se consolide la apertura de nuestra economía.

Que se extienda la inversión privada local e internacional.

Que se multipliquen las oportunidades de empleo.

Y que todo ello se dé de la mano de plena seguridad jurídica, sobre bienes y personas, sin temor a decisiones antojadizas, falsas ilusiones o arrebatos.

Cierre de una campaña, insulsa para muchos, sin nada de fondo, parchada de episodios caricaturescos, de politiquería e insensatez.

Pasó la bulla.

Corresponde ahora a cada ciudadano escoger, en esa decisión secreta y sagrada que solo da la democracia.

¡A llenar las urnas!