Roxana Zúñiga Quesada, periodista
ropazu@racsa.co.cr

Me gusta leer historia. Pienso que allí están muchas de las respuestas a las preguntas del ahora.

Me agrada repasar los recuentos de obra de los presidentes y compararlos con los discursos de toma de posesión. Casi siempre el resultado los desfavorece. Y es que Costa Rica es un país díscolo de gobernar y en el que nunca se queda bien. Los candidatos prometen mucho, los jefes de Estado son menos eficaces.

Estamos a tres días de las elecciones. Pero no se preocupe, no lo instaré a votar ni nada de lo que siempre se dice. ¿Para qué? Respeto al que sufraga como al que no, sus razones tendrá. (Los que siempre me han caído mal son los que votan en blanco o lo anulan… Son esos tibios de corazón que aplican su indecisión a la democracia).

Más bien deseo compartir dos fragmentos de Julio María Sanguinetti, expresidente de Uruguay, y que pueden guiar al nuevo mandatario (a).

“Serán años muy duros en los cuales tendremos muchas veces encuentros y desencuentros, discusiones, contradicciones y todas las acechanzas que siempre amenazan a esta democracia… Deseamos hacer lo más que podamos en todos los terrenos del desarrollo económico y de la justicia social; pero por encima de todo, siempre ubicaremos la prioridad constitucional a la que trataremos de servir con devoción fanática…”.

Señora Cordura: ¡trabaja este 7 de febrero para que el pueblo de Costa Rica sepa escoger bien!