Patricia Recio G.
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Él da una forma nueva a las desnudas tablas de madera y las convierte en bancos, sillas y mesas que se venden en las rotondas o en carretones que recorren despacio los barrios más sencillos de San José.
Juan Carlos Díaz Abarca, desde hace 15 años encontró en este oficio un negocio rentable. Asegura que el secreto y la popularidad que sus creaciones (sin ser nada lujosas) está en su precio y en la resistencia y en el detalle con el que son elaboradas.
¿Cómo comenzó en este negocio de los banquitos?
Hace 15 años que aprendí a elaborar los bancos y todos estos muebles. Trabajé algún tiempo con otras personas y después me independicé.
¿Adónde se venden los muebles que hacen en su taller?
Tenemos en todas las rotondas y también carretones que van de casa en casa por los barrios.
¿Que otros productos además de bancos fabrican?
Hacemos sillas de comer para bebés, mesas, aplanchadores, y bancos para desayunadores.
¿Quiénes compran estos muebles?
Son para toda clase de personas, los más pobres los compran por que son muy económicos. Las personas de clase media, los usan mucho para mesas de estudio de los chiquitos y los de clase alta los llevan para las fincas. De estos bancos han comprados futbolistas y modelos famosas, también me piden mucho para restaurantes rústicos.
¿En qué cree usted qué radica el éxito que han tenido este tipo de muebles?
Que realmente son muy económicos y fuertes. Nosotros bajamos costos en el taller para poder dar los muebles muy baratos. Los precios van desde los ¢1.000.
¿Cuántas piezas fabrican aquí diariamente?
Aquí en el taller se hacen 100 piezas por día.
¿Cuántas personas trabajan con usted en el taller?
Hay ocho personas que trabajan conmigo en la elaboración de los bancos, pero son muchos más los que los venden en las calles. Yo antes salía también a vender, pero ahora sólo me dedicó a estar aquí en el proceso de elaboración.
¿Cuál de los muebles que usted fabrica es el más difícil de hacer?
En realidad todas son muy sencillas... La que lleva un poco más de detalle es la silla para bebé, porque lleva más detalles.
¿Alguna vez les han pedido diseños especiales en los muebles que usted hace?
Sí, pero muy pocas veces los podemos hacer, por el poco tiempo y porque se trabajan muchas piezas. Solo si es algún cliente muy especial.
¿Qué le pediría usted a la nueva presidenta?
Yo soy liberacionista, pero honestamente nunca he esperado nada de los gobiernos. Aquí en Sagrada Familia hay mucha problemática por la inseguridad. Yo creo que es en eso en lo que debería fijarse más ella.
¿Y en el fútbol a qué equipo le va?
Soy saprissista de toda la vida, y por supuesto, el equipo de mis amores es Sagrada Familia.
¿Sus hijos le han mostrado interés por dedicarse a este oficio?
El mayor que ya va para la universidad a veces me ayuda en los ratos libres, pero en realidad a pesar de que es un trabajo rentable, es un poco complicado.
Artesano
Juan Carlos Víquez
Edad:39 años.
Hijos:Tres (Dos varones y una niña).
Dato: Vecino de Sagrada Familia, lleva 15 años dedicado a elaborar y vender sillas y bancos de madera de bajo costo.
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