Milton Montenegro
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Cuando Randall Poveda le disparó la tarjeta roja, Randall el “Chiqui” Brenes se preguntó una y otra vez, “por qué, qué hice”.
Por sus reclamos, pero sobre todo por sujetarlo, o rozarlo, Poveda le aplicó la regla 12 del reglamento de arbitraje de FIFA.
Las decisiones del juez no son protestadas, no se puede emplear un lenguaje obsceno, gesticular de manera ofensiva y hasta tocar al árbitro, después de que éste ha señalado una infracción.
“No conocía esa regla. No sabía que no se puede ni tocar. Traté de decirle al árbitro que su decisión era drástica, pero no intenté obstaculizar su labor”, afirmó Rándall el “Chiqui” Brenes, jugador de Cartaginés.
El “Chiqui” añadió que no intentó agredirlo, “desconocía que el jugador no puede ni tener el mínimo roce con el juez”.
Randall añadió que nunca había observado que un árbitro expulsara a alguien solo por tocarlo. “He observado hasta un abrazo de un jugador al réferi y no pasa nada. Si no se puede está bien, pero no siempre los jueces actúan igual. No volveré a hacer algo así”, mencionó el “Chiqui”, quien reconoció que, al ver la roja, “reaccioné con asombro, no le falté el respeto al central”.
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