Gabriela Gätjens, colaboradora
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Atareada en uniforme blanco, camina de un lado para otro en su pequeño taller. María Elena Rojas tiene al lado de su casa un paraíso de sabor ahí usted encontrara encurtidos, chileras, cebollitas en vinagre y el postre estrella de la Semana Santa: miel de chiverre.

El viernes anterior cocinaba la miel en el fogón, el olor anunciaba un muy buen resultado, pero el sabor lo confirmó. Esta zarcereña hace una de las mejores mieles de chiverre.

Hace dos años, por iniciativa propia y sin más conocimiento del tema que el de cualquier costarricense, se aventuró en este nuevo proyecto. A un costado de su casa levantó un taller y comenta que, poco a poco, ha ido comprando implementos.

Esta Semana Mayor cocinará unos 100 chiverres, pues gracias a Dios la demanda es alta, dice.

Si está interesado en probar su miel, ella está en Zarcero, de la entrada a la Trocha, 200 metros al norte. La casa está en un bajo y tiene un portón de teja.

¿Dónde vende los productos que fabrica?

En la Feria del Chiverre, en las fiestas de Zarcero y algunos compradores que vienen a mi casa.

¿Cuántos chiverres prepara en esta época?

Muchos –risas – aproximadamente unos 100 chiverres o incluso más, todavía no los he cocinado todos.

¿En qué presentación vende la miel?

En vasos de vidrio y en bolsas para que salga más cómodo. Hay de varios precios.

¿Cuál es el secreto para preparar una miel tan rica?

Es secreto–responde en broma –. Le agrego hojas de higo y clavos de olor.

¿Cuál es la preparación completa de la miel?

Hay que pelarlo, sacarle las semillas y lavarlo. Luego se seca y se le añade azúcar. De inmediato se pone a cocinar unas dos horas y media. Si lo quiere bien sequito, entonces hay que dejarlo más rato al fuego.

¿Siempre vende toda la miel?

Sí, porque hay gente que viene a comprar para las panaderías y también para hacer empanadas.

¿Quién le ayuda en el taller?

Mi hermana.

¿Este es un trabajo cansado?

Sí claro, a veces trabajo sóla y me levanto a las 4 de la mañana y me voy acostando a las 12 de la noche. Es muy duro.

¿Luego de Semana Santa, cómo es la demanda de sus productos?

Hay gente que me compra de San José y Puntarenas. Ya conocen el producto y siguen viniendo.

¿Antes a qué se dedicaba?

Trabajaba en negocios vendiendo queso y natilla. Pero tuve que buscar otra opción para cuidar a mis hijos.

¿Y cómo decidió hacer miel?

Me puse a pensar: ¿qué hago, qué hago? Quería trabajar y estar con mis chiquillos.

¿Dónde compra el chiverre?

La gente los siembra y aquí vienen a ofrecerlos. Uno los pone al sol para que estén sazones y no tengan mucha agua. Los voy comprando según la plata que tenga. A mi me venden el kilo de chiverre a ¢225.

¿Qué le dicen quienes prueban su miel?

Me han dicho que es muy rica. Siempre estoy haciéndola y ya no me dan ganas de “picar”. Sí me gusta estar comiendo coliflor cuando preparo escabeche.

¿En su familia comen miel de chiverre?

Casi no, lo que sí comemos es la chilerita.

¿Cuántos hijos tiene?

Cuatro, dos chiquititos y dos muchachas.

Los envases de vidrio, ¿los compra todos de una vez?

No, a como vaya vendiendo y me entre el dinero.

¿Cómo se cosecha un chiverre?

Se arregla la tierra, se le echa abono, la semilla dura quince días para nacer y de ahí en adelante se cuida porque hay unos pajarillos que se las comen.

¿Tiene finca donde siembra chiverres?

Sí, una finquita en Laguna donde sacamos unos poquitos 100. El año pasado sí sacamos más.

¿Qué satisfacción le da preparar una miel que le gusta a muchas personas?

Es un gusto muy grande. Me agrada que digan eso porque todo lo que aprendí sobre el chiverre fue solita.

Trabajadora

María Elena Rojas.

Edad: 52 años.

Hijos:Cuatro.

Dato: Piensa seguir cocinando miel de chiverre y vendiendo sus otros productos hasta que “Dios quiera”. Con el tiempo también quiere arreglar su taller.