Ciudad del Cabo / DPA. El técnico holandés Bert van Marwijk asumió un alto riesgo, al llevar a su lesionado astro Arjen Robben a Sudáfrica, pero la jugada parece haberle salido bien.

Desde su primera aparición como suplente en el último partido de la fase de grupos, Robben ha mostrado su calidad. Ahora se espera que sea una figura clave en la semifinal del martes, contra Uruguay en Ciudad del Cabo.

La incipiente calvicie del ex delantero del Chelsea y el Real Madrid hace que parezca de más de 26 años. Pero su talento revela un jugador que está cerca de la cima de su carrera.

Robben tiene títulos de la Premier League inglesa, la Liga española y la Bundesliga alemana. Este año fue finalista de la Liga de Campeones y elegido mejor jugador en Alemania.

Parecía que el holandés había sufrido lesiones suficientes en su carrera, pero la suerte le jugó nuevamente en contra en un amistoso contra Hungría el 5 de junio, en el que tuvo que retirarse tras sufrir un desgarro en el muslo de la pierna izquierda.

Van Marwijk, que sabía de la importancia de Robben para las opciones de ataque del equipo holandés, lo llevó a Sudáfrica con la esperanza de que se recuperara.

Y se recuperó.

El hombre del Bayern Múnich causó un impacto instantáneo cuando entró a jugar los últimos 20 minutos del partido final de la fase de grupos contra Camerún, pues dio una asistencia.

Contra Eslovaquia, Robben tomó la pelota, ingresó nuevamente, pero esta vez el tiro lo metió adentro de la red, en un gol que le permitió a los "oranjes" abrir el marcador, para un partido que finalizó 2-1.

Para el técnico eslovaco, Vladimir Weiss, simplemente se trató de que Robben es demasiado bueno. "Nos preparamos durante tres días para Robben, para su forma de jugar, pero es un genio absoluto", dijo Weiss.

Arjen no anotó ante Brasil, pero sus avances por el lateral le valieron toda clase de faltas. De hecho, Felipe Melo se llevó una tarjeta roja por pisar a Robben.