Domingo 11 de julio de 2010, San José, Costa Rica
VIP | Ernesto Fonseca, excampeón de motocross
Un lobo con garras
Tiene 28 años, pero volvió a nacer hace cuatro años tras sufrir un accidente. Hoy lleva la vida más pausada, pero con la mentalidad de un ganador.
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    Luchador. Tiene limitaciones, pero nada lo detiene. Locación: Hotel Bougainvillea, Santo Domingo Heredia. Fotos Herbert Arley y Manuel Vega.
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    Intenso Empezó a correr cuando tenía cinco años. Un recuerdo vivo en su mente.
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    Logró tres títulos,nacionales, seis latinoamericanos y dos en Estados Unidos.
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    Sigue siendo un deportista y apoya investigaciones sobre lesiones en la espina dorsal.
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    Sufrió varias lesiones a lo largo de su carrera. En 1998 una aparatosa caída lo sacó de la arena.
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    “Nunca dejé de correr, sólo bajé la velocidad. Ahora voy tras la meta con gran esfuerzo”, Ernesto Fonseca.
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Neyssa Calvo Achoy
ncalvo@aldia.co.cr

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Corrió como muy pocos han logrado hacerlo y aún hoy sigue sintiendo cómo la adrenalina fluye como gasolina por sus venas.

Su nombre es Ernesto Fonseca, aunque todos lo conocen como “Lobito” y lo recuerdan por sus hazañas al punto de estar entre los 10 mejores pilotos del mundo en supercross y motocross.

Vino a este mundo el 3 de setiembre de 1981, pero desde el 7 de marzo del 2006 el escenario de su vida dio un giro de 180 grados.

Ese día, durante un entrenamiento en Estados Unidos, se fracturó las cervicales, dejando al corredor en una silla de ruedas. Es una lesión que le impide mover su cuerpo del pecho hacia abajo.

Su nueva situación lejos de aplastarlo, lo hizo surgir como sólo lo hace un campeón.

Sigue pensando que todo tiene un propósito en la vida y la cuesta se debe subir con la frente en alto y con esfuerzo.

“Mi vida siempre fue una constante carrera. Me exigía mucho a mismo porque debía superar siempre a otros y antes del accidente los más jóvenes empezaban a ganarme”, comentó Fonseca.

No oculta que aún se sueña subido en su moto y viajando a gran velocidad como lo hace su animal favorito: el chita, considerado uno de los más rápidos del planeta. Sin embargo, no esconde su realidad y se adapta a su condición tratando de ser lo más independiente posible.

Hace unas semanas, lo volvimos a ver en suelo tico, pero esta vez como asesor de mercadeo deportivo para la marca de gafas, Oakley que sacó una línea con su firma.

Un nuevo reto para Fonseca porque su misión es reclutar a los mejores deportistas del país, entre atletas y pilotos de carreras. Gente que como él son de empuje.

Un luchador

Y es que tan sólo basta ver como controla su vida para darse cuenta de la fortaleza que refleja a su paso. No tiene problemas para llegar solo a cualquier lugar y tras su lesión prefirió vivir solo en California aunque lo ayudan de dos personas.

Se considera un excelente amo de casa, pues se encarga de administrar bien su hogar.

Las terapias han quedado atrás, en parte porque los costos son muy elevados, confesó. Por el momento, nada y hace algún ejercicio en su hogar.

Se levanta a eso de las 6 a.m., y de la mano de la tecnología empieza su día, pues cuenta herramientas que le hacen más fácil sus quehaceres, tales como un cepillo de dientes especial, computadora y su inseparable celular. Ahora tarda el doble en cosas tan sencillas como hacerse la barba, pero sale adelante.

“No es sencillo, dependo de mucha gente a mi alrededor y soy muy exigente. He aprendido a ser más paciente, pero es difícil porque estoy acostumbrado a que las cosas se hagan ojalá de inmediato”, insistió el excampeón.

A veces flaquea, en especial porque necesita asistencia hasta para bajar o subir de su silla de ruedas. “Pero trato de volverme a encarrilar”, recalcó.

“Mi vida fue muy intensa por mucho tiempo, ahora quiero mejorar y disfrutar. Los médicos no dan esperanzas, pero creo que si algo pasa vendrá poco a poco”.

“Lobito” es un tipo que disfruta de la soledad, ser independiente, come de todo, prefiere la música que ver televisión y si algo extraña de su anterior vida es poder irse para la playa cuando se le antoja.

Y si de amores se trata, luego de su divorcio al poco tiempo del accidente, ha salido con un par de chicas, pero nada formal.

Eso sí, sueña con tener una pareja que acepte su realidad y un día tener hijos.

No descarta pronto manejar su propio carro, así como escribir su historia para que otros como él nunca se dejen vencer.

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