Allan Andino
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Ser el primero en vencer la silla caliente no hace que este joven y humilde naranjeño pierda su norte.

Willy Pérez, demostró que su voraz conocimiento sobre mundiales le sirvió para empezar su negocio. De desempleado a comerciante, de eso y otras adversidades que superó nos lo cuenta hoy.

¿Cómo se describiría?

Soy una persona muy sencilla y muy desordenada (risas). Me gusta leer, soy fanático de visitar las bibliotecas. Curiosamente, no he podido visitar la Biblioteca Nacional. Además del fútbol me encanta la historia de mi país, creo que soy bueno en esa área.

¿Lo molestaban en su época de colegio?

Era un chico muy aparte. El colegio fue bastante duro, sobre todo sétimo. Como venía de una escuela rural y no la principal en Naranjo me molestaban. Me golpeaban, me rompían mis libros, me quitaban la plata. Fue un año para olvidar.

¿En dónde creció?

Nací en San Ramón, viví tres años en Agua Zarcas y luego nos pasamos a Naranjo. Llegamos ahí sólo con la ropa. Mi papá no era un hombre de muchos recursos, gracias a su tenacidad somos lo que somos hoy.

¿Cuánto tiempo trabajó en el peaje de Naranjo y qué hacía antes de eso?

Estuve dos meses en el peaje. Antes de eso estaba desempleado. Vendía donas, mi esposa las hacía y yo las vendía en Naranjo. Así durante medio año. Fue bastante duro porque habían rutas, como la de Dulce Nombre, donde sólo me compraban una.

¿Se le han acercado “amigos” por interés?

Mmm, en San Vito (donde tiene familia) vi la cara de una persona que es un detractor para mí. Yo antes entrenaba equipos infantiles y de mujeres, y me decía que no sabía nada de fútbol.

¿En qué invertirá el dinero?

Quiero retomar el negocio que tenía antes, una pulpería en San Vito, hacerla minisúper para generar empleo en ese pueblo. También guardar pensando un poco en el futuro de mis hijos (tiene un niño, Jordi, y otro viene de camino, pues su esposa tiene cinco meses de embarazo).

¿Qué sigue ahora?

Quiero pasar un tiempo con mi familia. Mi esposa y yo desde que nos casamos, hace siete años, hemos estado batalla tras batalla. La vida no ha sido fácil, un mes luego de casarnos perdí mi empleo, es una lucha intensa por reacomodarnos.

¿Qué le dijo Ignacio Santos al final de programa, ya fuera de cámaras?

Se emocionó bastante. Me confesó que después que rebasé una pregunta, habló con el chico de producción y le dijo: “éste va a ganar, tengan todo listo”. Como que lo presentía.

¿Un sueño por cumplir?

Me encantaría tener mi propia revista deportiva. De hecho sé cómo iría enfocada y las secciones. Por ahora voy a sacar mi libro “Road to World Cup”, llevo el 98 por ciento escrito. Falta ponerle lo que pase en este Mundial.