Viernes 16 de julio de 2010, San José, Costa Rica
Ovación | Organizadores del evento sacaron a Messi con policías
Messi no tiene la culpa
Él solo quiere jugar al fútbol, pero causa un alboroto en cualquier parte que vaya
  • AlDia.cr
    Messi desató la locura en Panamá. Ayer ya todo volvió a la normalidad. Aquí con el trofeo que le entregaron. AFP

Antonio Alfaro
analfaro@aldia.co.cr

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Ciudad de Panamá. “Se acabó la Messimanía. Ahora todo el mundo vuelve a trabajar”, me dice el taxista sonriente, mientras dejamos Ciudad de Panamá rumbo al aeropuerto Tucumen.

Quizás Messi también partió, solo Dios sabe, llevado en auto hasta la puerta del avión, igual como lo sacaron el otro día.

Él no tiene culpa de jugar tan bien con la pelota. No puede ir al cine, tampoco a Mc Donalds o Burguer King, mucho menos al mall. Casi hasta siento consideración por el “pibe”, quien parece no querer otra cosa que jugar.

Apostaría que por momentos desea hacer lo de cualquier mortal. Pero no hay lugar donde su presencia no cause revuelo.

Cuenta la hermana de Messi -en el último reportaje que leí sobre “Lio”, en la revista peruana Etiqueta Negra-, que una vez estaban “en el shopping” su mamá, su papá, su tío, su tía, todos.

Messi llamó por teléfono y tras un “voy para allá”, llegó al centro comercial. Lo tuvieron que sacar con policías, del alboroto que causó la “Pulga”.

El miércoles por la noche también llenaron de policías el pasillo que iba de los camerinos del Rommel Fernández al autobús y cualquiera que no fuera agente de seguridad, incluido este mortal y hasta el personal de logística, fue encerrado en salas aledañas, mientras pasaban Messi y demás jugadores al otro lado de la puerta. No se vio ni a los retirados.

Paso a paso

1 Llenazo. A ver a Messi llegaron 35 mil personas y se vio banderas de Colombia, Brasil, Argentina, Venezuela, Costa Rica y Panamá.

2 Silbado. Entre los asistentes al juego estaba el presidente panameño Ricardo Martinelli, quien recibió una silbatina cuando fue anunciado.

3 Bajo control. Para resguardar la seguridad, fueron desplegados 500 policías, 250 guardias privados y otros agentes encubiertos.

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