Miércoles 21 de julio de 2010, San José, Costa Rica
Nacionales | Pido la palabra
El transistor

Carlos Freer, cineasta
cfreervalle@gmail.com

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No los voy a aburrir diciendo cómo funciona un transistor, porque yo mismo no lo entiendo muy bien.

Lo que seguramente muchos saben es que, actualmente, se encuentran transistores prácticamente en todos los aparatos de uso diario: radios, televisores, reproductores de audio y video, hornos de microondas, lavadoras, refrigeradoras, computadoras, calculadoras, impresoras, “iPods”, teléfonos celulares y muchos más.

El transistor trajo una verdadera revolución cuando se adaptó a los radio-receptores y los hizo portátiles y de menor tamaño. Fue cuando apareció la venta comercial del famoso radio a transistores.

El tal dispositivo, unido a sus hermanas siamesas las pilas, hizo posible que la gente pudiera escuchar la radio en cualquier espacio del hogar, caminado por la calle, en el bus, trabajando en el campo, en montañas, o divirtiéndose en la plaza y playas.

Entonces proliferaron los noticieros radiales y las radionovelas, porque ya se podían escuchar disimuladamente en el taller, la fábrica o la oficina.

Sin embargo, esto viene a cuento porque recordé que a principios de los sesenta, a un grupo de jóvenes cartagineses les dio por ir a bailar “al puente del INVU”, por las noches, acompañados de varios radios a transistores sintonizados en la misma radioemisora musical.

O sea, que el radio a transistor los puso a mover el esqueleto al aire libre.

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