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Raudel Pérez dijo ayer estar arrepentido. Manuel Vega.
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El extranjero quiere rehacer su vida cuando termine su condena. Manuel Vega.
Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr
La angustia que lo embargó y que no pudo canalizar tras enterarse de que su madre sería operada del bazo y que estaba grave, fue lo que –aparentemente– impulsó al cubano Raudel Pérez Benzol a saltar una malla y escapar aquella mañana del 8 de enero del año pasado del Centro Penitenciario La Reforma.
El extranjero, de 37 años, regresó ayer a ese reclusorio tras ser extraditado el domingo de los Estados Unidos donde fue detenido el 31 de diciembre, en la ciudad de Houston, Texas.
Al momento de la fuga, descontaba cinco de los 16 años de cárcel impuestos por el homicidio de su amigo, Julio César Rivera Peña.
El ofendido, de 51 años, era un ingeniero agrónomo con quien había establecido una amistad cercana durante los cuatro meses previos a su homicidio.
Rivera, quien había desaparecido de su casa el 22 de noviembre del 2003, fue hallado asfixiado el 4 de diciembre de ese mismo año cerca de San Antonio de Belén.
Abuso de confianza
Pérez recordó ayer que todo, al parecer, comenzó cuando llamó por teléfono a Camagüey, Cuba para preguntar por la salud de su madre y nadie le respondió.
“¡Eso fue muy extraño porque alguien siempre contestaba! Entonces, llamé mi hermano a Miami, Estados Unidos y quien me atendió fue mi cuñada”, declaró ayer minutos antes de que fuera remitido a la etapa de Mediana Cerrada.
Ella le habría dado la noticia después informarle que su hermano había salido a depositar un dinero porque su madre (Amelia Benzol) iba a ser operada del bazo y estaba muy delicada... se temía por su vida.
Al parecer, la noticia lo afectó mucho y a partir de ese momento la aflicción lo embargó y no pudo canalizar esa frustración.
“¡Creí que ya nunca más la volvería a ver y cometí el error de abusar de la confianza que me habían extendido!”, agregó Raudel que en su país se ganaba la vida como tornero.
En esos días, el cubano estaba asignado al sector de talleres industriales y agropecuarios, en la parte noroeste del penal.
Aprovechó un descuido del vigilante que lo cuidaba, escapó y comenzó a vivir horas muy difíciles cuando decenas de guardas penitenciarios salieron tras su detención.
Pérez, sin entrar en muchos detalles, contó que abandonó el país y empezó a “subir” por Centroamérica en busca de Estados Unidos para llegar a donde su hermano.
Afirma haber trabajado en todos los países hasta llegar a Houston donde fue detenido.
“Les informé que tenía una cuenta pendiente en Costa Rica y después de estar 28 días a las órdenes de Migración fui reclamado por los Federales”, añadió.
Ahora, lo que pretende es que “Dios me dé vida” para alcanzar la media pena, salir a buscar un trabajo y rehacer mi vida”, dijo.
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