Carlos Láscarez S.
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Tuis.- El Tribunal de Juicio de Turrialba sentenció, durante un juicio abreviado, a 19 años de prisión a un cubano, quien aceptó haber asesinado a martillazos a su excompañera sentimental.

El sentenciado fue Lázaro Lamas Arias, de 59 años, quien acabó con la vida de su excompañera Ana Lucía Pérez Sanabria, de 44 años y quien laboraba como asistente Técnica de Atención Primaria (ATAP) en el Ebais de La Suiza de Turrialba.

Se le responsabilizó como autor responsable de un delito de femicidio calificado con alevosía y ensañamiento de su víctima.

La sentencia se efectuó el pasado 26 de mayo en el Tribunal de Juicio de Turrialba, donde además se le condenó al pago de ¢43,5 millones por concepto de daño material y ¢9,5 millones por daño moral. Ante el peligro de fuga del extranjero, el tribunal le prorrogó seis meses más la prisión preventiva.

El asesinato de Pérez se remonta al 15 de marzo del 2009 en La Selva de Tuis de Turrialba, luego de que ella fue atacada en su dormitorio por Lamas, quien aprovechó que el hijo de la mujer participaba de un retiro.

La víctima recibió 32 martillazos en el cuerpo lo que le produjo su deceso horas después.

Seguido Lamas ocultó el martillo debajo del colchón, dejó una nota sobre el cuerpo de su exmujer y abandonó la casa. También lanzó otra nota por el cuarto de pilas y dejó una en la puerta principal, según la resolución del juez.

Un día después fue arrestado a las 10 a.m. por agentes del OIJ de Turrialba cuando pretendía abordar un autobús que lo llevara a San José, para luego tomar rumbo al aeropuerto Juan Santamaría, ya que portaba un tiquete de avión con destino a Miami.

Asimismo tenía impregnada sangre de su víctima en los zapatos y en los pantalones.

La autopsia efectuada a Pérez determinó que la causa de muerte fue homicida por traumatismos contusos cráneo faciales y edema agudo de cerebro, entre otras.

Al cementerio aún no

Un año y cuatro meses después del crimen, Lupita Pérez, hermana de Ana Lucía comentó ayer en La Selva de Tuis que se enteró del deceso mientras estaba en Carolina del Sur, EE. UU., por lo que no pudo estar presente en el sepelio.

Agregó que ahora se hizo cargo de su sobrino que cursa el décimo año en un colegio de la localidad y vive con los abuelos.

“Ella me decía que si algún día faltaba, me hiciera cargo del hijo. Soy la albacea. Él siguió con citas con el psicólogo. Mi regreso le hizo muy bien. Para el primer aniversario se le hizo un rezo. Él dice que su psicólogo es Dios”, afirmó Lupita, quien cursó estudios en Criminología años atrás.

Indicó que el hijo no puede dormir en lo que fue la casa de su madre y por eso duerme donde los abuelos. Cada día trata de darle una vida normal.

“Hablamos como si ella estuviera presente. Para todo la tengo cercana. No he querido ir al cementerio, ya que si voy siento como si me despidiera de ella. Sólo le mando a decir a él que Dios lo perdone”, relató la hermana.

Sobre el fallo, aseguró que no quedaron contentos. Debido a la edad de Lamas cree que no descontará la pena en su totalidad.

“Aún después de muerta sigue viva para muchos. Una semana antes del crimen hablamos por última vez. Estaba al tanto de que él le cortaba las llamadas”, agregó.

“El último viernes que Ana laboró le comentó a una compañera que estaba muy feliz y que estaba a punto de volver a ser la mujer de antes, ya que ese señor estaba hasta el domingo”, recordó dolida.