Milton Montenegro
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Escuché a don Jorge Hidalgo, presidente de la Liga Deportiva Alajuelense, decir que Joaquín Hernández debe renunciar, dejar ya su puesto.

Coincido con Hidalgo, no sé qué hace don Joaquín calentando la silla. Pero voy más allá, con don Joaquín se deben ir todos los miembros de la UNAFUT, es más, esta entidad debe desaparecer.

Siempre he creído que lo único que hace la UNAFUT es organizar el campeonato y el colmo, lo organiza mal, por algo será que desde hace tres años, el inicio del torneo se ha visto marcado por diversos problemas, como ayer informó La Nación.

Recuerdo que en marzo del año pasado, don Joaquín renunció porque, según él, lo amenazaron de muerte. “Ando con miedo y por eso no quiero seguir”, manifestó en esa ocasión.

Pero después recapacitó y para volver dijo que lo haría si tenía unanimidad de todos los representantes de los doce clubes. No la tuvo y se quedó en el cargo. Esa vez lo dije públicamente, que se vaya porque fue cuestionado.

Ahora en el vacilón que se ha dado con Barrio México, él lo permitió, lo toleró y avaló, pero lo hizo mal, tanto que Eduardo Li volvió a metérsele en el camino y cambió todo lo que Hernández y la UNAFUT le dieron el visto bueno.

Entre las principales funciones de UNAFUT, según leí en su página en internet, están: promover y desarrollar la práctica del fútbol en todo el territorio nacional y en especial entre sus asociados.

Pero en la forma que lo promueve don Joaquín, mejor nos quedamos con cualquier torneo de canchas abiertas, quizá ahí la organización es superior y el presidente del Comité genera credibilidad y confianza y no está calentando la silla. Don Joaquín, hágale un favor al fútbol, tome sus cosas y váyase ya.