Port Elizabeth, Sudáfrica / AFP. Junto con Lionel Messi, es posiblemente la figura del Mundial. Pero Cristiano Ronaldo quedó debiendo en su debut, en el empate sin goles entre Portugal y Costa de Marfil.

El carismático delantero del Real Madrid solo regaló una muestra de su repertorio de trucos: un cañonazo desde unos 25 metros, con tal potencia, que alcanzó a estremecer el arco al estrellarse en un poste.

Pero aparte de eso, Cristiano se la pasó más en el suelo y discutiendo con rivales y el árbitro Jorge Larrionda, que festejando alguna acción productiva.

“A veces es difícil si el árbitro no pita las faltas”, reclamó el portugués, en crítica a la gestión del uruguayo. “Es complicado. Entiendo que deben proteger a los jugadores más talentosos y peligrosos”, comentó Cristiano.

Larrionda incluso amonestó a Cristiano a los 21 minutos, después de un altercado entre el lusitano y el marfileño Guy Demel, quien también vio la amarilla.

Esta discusión fue inmediatamente después de una barrida de Demel sobre Cristiano, que Larrionda no pitó como falta.

“No hice nada y me sacó una amarilla. No lo entiendo”, se quejó Cristiano Ronaldo.

Su única otra acción de peligro fue a los 72 minutos, cuando empujó la pelota dentro del arco. Pero no hubo festejo: Larrionda ya había sonado su silbato, por posición adelantada.

A pesar de no hacer nada del otro mundo, la FIFA eligió a Cristiano como el mejor jugador del partido. El debut de éste fue similar al de Wayne Rooney, el delantero de Inglaterra, que pasó desapercibido en el empate 1-1 contra Estados Unidos.

Por si fuera poco, Ronaldo sigue con la frustración por no marcar, tras 16 meses sin ver puerta con el equipo nacional.

El juego entre Portugal y Costa de Marfil dio muy poco, quizá llamó la atención que Didier Drogba jugó la última media hora.

“Pudieron ver que está bien para jugar”, señaló el técnico, Eriksson. “Es importante para nosotros (tener a Drogba en la cancha). Esperamos contar con él más tiempo el próximo partido”.