México/EFE y DPA.- El cuerpo sin vida de la mexicana María Eugenia Padua, de 46 años, exesposa del expresidente guatemalteco Alfonso Portillo (2000-2004), fue hallado con un tiro en la cabeza en su casa de Chilpancingo.

Seguridad Pública del estado de Guerrero, cuya capital es Chilpancingo, informó que presumiblemente se trató de un suicidio, aunque hasta el momento se desconocen las causas que la obligaron a tomar esa decisión.

En el lugar de los hechos se encontró una pistola calibre 38, pero no había ningún mensaje póstumo. Familiares señalaron que la mujer estaba deprimida.

Según testigos, la servidumbre corrió a la habitación de Padua cuando escucharon un disparo y se encontró el cuerpo sobre una cama. Los restos de Padua los llevaron a las instalaciones del Servicio Médico Forense.

Alfonso Portillo y Padua fueron profesores de la Universidad Autónoma de Guerrero en la década de 1980, época en la que ambos contrajeron matrimonio.

El 23 de agosto de 1982, Portillo asesinó a balazos a dos jóvenes estudiantes de una población de Chilpancingo, después huyó y estuvo prófugo de la justicia mexicana hasta que el delito prescribió y un juez cerró el caso en beneficio del guatemalteco.

A Portillo lo detuvieron en octubre del 2008 en México y luego lo extraditaron a Guatemala a solicitud de EE. UU. que le acusa de conspiración para el lavado de $70 millones.

María Eugenia Padua y Portillo tuvieron una hija, Otilia. Luego de la detención de su exesposo, a Padúa le congelaron diversas cuentas bancarias, por sospecharse que era dinero obtenido en forma ilegal por el expresidente.

Dolor

“Está consternado, es un golpe muy duro. Por la situación en que se encuentra es una noticia mucho más fuerte”, afirmó Mario Estrada, amigo de Portillo, quien lo visita frecuentemente en una prisión guatemalteca.

Según Estrada, para Portillo lo más difícil es no poder estar en México al lado de su hija Otilia.