Carlos Láscarez S. y Róger Amoretty, corresponsal GN
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El menor de nueve años que fue impactado antenoche por una bala perdida en barrio Bambú de Pacuare Nuevo, permanece en condición crítica en la cama dos de la sección de Cuidados Intensivos del Hospital Nacional de Niños, confirmó ayer Rodolfo Hernández, director de ese centro.

El niño resultó baleado el martes a las 7:50 p.m. luego de que integrantes de una banda llegaron hasta la casa de un miembro rival y dispararon en varias ocasiones, por lo que uno de los proyectiles impactó al niño en su abdomen, dijo el OIJ.

El menor permanecía en la calle jugando con otros niños, luego de que varios hombres se presentaron a bordo de dos vehículos y dispararon en al menos cinco oportunidades con un arma calibre 45 y una escopeta 12, según informes de la Fuerza Pública.

El médico Hernández comentó que el niño ingresó con sangrado activo al Tony Facio, producto de un disparo en la parte superior del abdomen y pierna derecha.

“Estaba frío, con sangrado, muy pálido y fue trasladado en avioneta hasta San José, donde los médicos Marcos Vargas y Fabiola Chacón le aplicaron resucitación activa”, dijo.

Ya en el hospital se le efectuó una primera intervención de control de daño, donde se encontró que la arteria mesentérica inferior estaba partida en dos, lo que provocó que los intestinos no oxigenaran.

“Está muy grave, pero vivo, gracias a todos los que ayudaron con premura. El pronóstico lo sabremos día a día”, dijo el médico Hernández.

“Seguido se le efectuó un baipás arterial. A las 6:45 a.m. fue reintervenido de nuevo, por lo que deciden resecarle el colon y extraerle 2,20 metros del intestino delgado”, afirmó Hernández.

Sólo pensó en salvarlo

El menor aún vive gracias a la rápida acción de Hubert Ramírez, quien junto a un vecino subieron al niño a un carro y lo llevaron al hospital Tony Facio.

“Fue desesperante. Nunca he pasado por un momento así. Ni siquiera pensé en la carretera que estaba mala. La prioridad era salvar al niño”, dijo Ramírez.

Agregó que fue muy duro para él ya que por su mente pasó que podía tratarse de un hijo suyo.

En el 2008 ingresaron 12 niños baleados al hospital. En el 2009 tuvieron ocho pacientes y en lo que llevamos del año ya han atendido a tres menores impactados.