Christian Campos, corresponsal GN
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Carrillo, Guanacaste. - Una mañana que parecía igual a cualquier otra para la familia Ortega Contreras, vecina de Belén, se les convirtió en un infierno, trascendió ayer en medios judiciales .

Eran cerca de las 6 a.m. del lunes 1°. de noviembre, cuando una jueza penal, una fiscal y diez agentes del OIJ, en acatamiento a un allanamiento judicial, irrumpieron en la casa tras reventar el portón y la puerta principal, según los quejosos.

Acto seguido, al parecer, lanzaron al suelo a varios miembros de la familia para esposarlos, agregaron.

El lunes pasado, quienes, presuntamente, participaron en esa acción policial, fueron denunciados ante los Tribunales de Justicia de Liberia por los presuntos delitos de allanamiento ilegal, privación agravada de libertad y dos cargos de concurso material de abuso de autoridad.

El motivo, una aparente equivocación de la casa por allanar, según la denuncia planteada en ese sentido por el litigante Carlos Montero, representante de la familia Ortega Contreras.

La queja radica en que el verdadero operativo estaba dirigido contra tres hermanos de apellido Angulo y como parte de una investigación por robo agravado.

Sin embargo, presuntamente, el dispositivo policial irrumpió en la casa de los Ortega Contreras, situada 75 metros antes.

El jefe de familia, Francisco Ortega, dueño de una pulpería situada a 100 metros había salido hacia su trabajo 30 minutos antes mientras su esposa, María Elena Contreras, había despertado al menor de sus hijos mientras los otros dos dormían, una de ellas embarazada.

Un fuerte sonido la alertó y creyó que su hijo menor se había caído en el baño pero no era eso, la sala de la casa estaba llena de policías judiciales con pasamontañas, pantalones camuflados y fuertemente armados apuntándoles.

Sin embargo, la oficina de Prensa del OIJ expresó ayer, con base en la versión del jefe policial de Santa Cruz que no hubo ningún error.