Rodolfo Martín
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Un total de 44 muchachos, que en algún momento se vieron deslumbrados por el mundo de las pasarelas, figuran hoy como ofendidos en una causa contra un agente de modelos a quien el Ministerio Público le atribuye el presunto delito de estafa.

Como sospechoso figura un hombre de apellido Tabora quien comparecerá a partir de hoy ante el Tribunal de Juicio de Pavas, según lo confirmó la oficina de prensa del Poder Judicial.

Al Día intentó localizarlo ayer y anteayer, pero no fue posible.

Marta Iris Muñoz, jefe de la oficina de Defensores Públicos que representa al acusado, argumentó ayer que la causa se demoró mucho, lo cual afectó a su representado que, al no poder trabajar, no pudo honrar los compromisos adquiridos.

“Podría decirse que es una víctima del fenómeno mediático”, manifestó Muñoz.

Sueños truncados

Un total de 23 varones y 21 mujeres fueron contactados para que incursionaran en el mundo del modelaje aunque, contrariamente a la lógica de esta carrera, no les requerían las características físicas de los aspirantes, según la acusación de la Fiscalía.

El principal requisito era, aparentemente, que los aspirantes, dispusieran de una orden patronal y de varios meses de trabajar para determinado patrón. Ello, presuntamente, para que fuera sujeto de crédito, se agregó.

Los 44 afectados sacaron préstamos a sus nombres porque, con ese dinero, al parecer, les harían el “book” (catálogo) de fotografías y parte del dinero se destinaría a su preparación física y estética.

El acuerdo era que los créditos serían cancelados por el acusado, algo que no sucedió, se dijo.

Las partes, aparentemente, firmaron un contrato o un documento anexo pero, “en realidad” no obligaban al encartado a hacerse cargo del crédito, según la Fiscalía.

“Es claro que tanto en letras de cambio como en pagarés –que fueron los documentos que firmaron los ofendidos ante las entidades crediticias– la única posibilidad de hacer frente a ese tipo de deudas, era constituyéndose deudor del préstamo al momento de la firma. Son títulos valores que tienen como característica principal la lideralidad, la cual se refiere a que sólo lo que consta en el título es válido”, según arrojan las investigaciones.

Los muchachos, formalizaron créditos por unos ¢24,8 millones.

Un joven, por ejemplo, contrajo cinco préstamos por ¢1.153.000.

A los aspirantes se les hizo creer que se programarían varios eventos de modelaje a los cuales asistirían importantes personajes del mundo de la política y la moda y que por dichas actividades recibirían un pago. En la mayoría de los casos no se dio nada de lo prometido.

En algunos casos las presentaciones no fueron lo planeado no por falta de preparación, sino porque los “eventos eran simples obras teatrales a muy bajo costo que armaba el imputado para mantener a sus víctimas en engaño”, según el ministerio Público.