Turquía/DPA. - A base de grandes actuaciones y de un fuerte liderazgo, el ala-pivote argentino Luis Scola se convirtió en una de las principales figuras del Mundial de baloncesto, haciendo olvidar las ausencias de sus compañeros Emanuel Ginóbili, Andrés Nocioni y Fabricio Oberto.

“Debemos aceptar nuestra realidad, no somos una aplanadora. No nos sobran jugadores, pero tenemos un equipazo”, dijo derrochando confianza el capitán argentino, que en tres partidos promedia 27,7 puntos, siete rebotes y 33 minutos de juego.

Eterno inconformista y dueño de un gran espíritu competitivo, a los 30 años el jugador no quiere oír hablar de descansar ante los rivales más accesibles.

“¿Para qué descansar? Ya tendré tiempo cuando termine el Mundial, éstos son los torneos que uno espera todo el año. No hay nada más lindo que representar a tu país y jugar con tus amigos”, aseguró el jugador de 2,07 metros y 112 kilos.

El técnico alemán, Dirk Bauermann, no ocultó su asombro por la intensidad del argentino. “Es increíble que nunca juega a media máquina. No importa el rival, tanto aquí como en la NBA”, dijo.

Por la ausencia de Ginóbili, Scola es el capitán y la voz de mando dentro del equipo, al que todos escuchan.