La presa de apelaciones crece en el Cosevi y a la fecha esa entidad acumula congelados más de ¢8.654 millones, pues hasta que la Sala Constitucional no resuelva un recurso de amparo planteado el año pasado, no pueden darles curso.

Según el director del Cosevi, Héctor Monge, esta situación les preocupa pues mucha gente impugna sin tener razón.

Los cobros de multas por marchamo están entre los reclamos más frecuentes.

“Me bajaron las placas porque iba a meter el carro al taller, solo recorrí 600 metros y no tenía el marchamo”, alegó Geovanni Quirós, vecino de Desamparados, mientras esperaba en la fila de impugnaciones.

Actualmente hay más de 51 mil boletas impugnadas.