Viernes 7 de enero de 2011, San José, Costa Rica
Vivir hoy | Corazón partío
El chistoso

* Karina Picado, psicopedagoga
karinavidasana@gmail.com

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Mi esposa no soporta mi forma de ser, que hago chistes o bromas blancas, no soporta que me ría o juegue con mis niños, incluso me ridiculiza ante otros. Estoy herido, no sé qué hacer.

R/ El ser gracioso puede ser un rasgo de su personalidad, es decir que desde niño pudo presentar esas actitudes, por lo que me imagino que su esposa lo conoció de esa forma y así lo aceptó, entonces, ¿dónde estaría el problema? Muy sencillo en la intensidad de los chistes o bromas, usted debe ponerse límites, observar cuándo, dónde y qué tipo debe hacer y sobretodo, cuándo parar. Hable con ella sobre su dolor, sin tono de reclamo, sino que vea que usted va a cambiar y por lo tanto ella también, con respecto a no dañarlo ante otros o con groserías poniendo límites. Muestre una actitud seria para resolver problemas o tomar decisiones.

* Los contenidos de esta sección son responsabilidad de Karina Picado. Envíe sus consultas al apartado 318-2150. Telefax (506) 2245-4143.

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