Paulo Rodríguez, colaborador
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Alajuela. - Acostumbrada a no ver los combates de su hija por el sufrimiento que le causan, Yolanda Valle, madre de la campeona del mundo en peso superwelter, Hanna Gabriels, vivió ayer por primera vez una pelea de su hija, en el sillón de su casa en el Invu Las Cañas de Alajuela.

Rodeada por sus hijos Röhenna, Dorlie y el menor de los Gabriels, Sony y de varios amigos, doña Yolanda pasó del llanto por los nervios a derramar lágrimas de alegría por ver como su hija levantaba el cinturón de las 154 libras por segunda vez.

“Ya gracias a Dios todo terminó y Hanna volvió a ganar, me siento muy feliz, todos mis hijos son lo mejor que me ha pasado en la vida, estoy muy orgullosa de lo que ella ha cosechado a base de trabajo”.

De igual manera se expresaron sus hermanos Röhenna y Sony quienes durante cada uno de los diez asaltos no dejaron de alentar a su hermana con el: “péguele Hanna”, “déle” y “uy casi le da”.

“Fue una pelea muy buena, los últimos rounds sentía que moría pero Hanna se ha preparado muy bien y sabía que iba a ganar”.

La familia Gabriels vivió de manera intensa la éxitosa defensa del título de Hanna en Punta del Este, Uruguay, ante la esdaunidense Melisenda Pérez. Ahora solo espera con ansía su regreso.