Erick Carvajal, enviado
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Panamá. - Ramón Núñez fue el encargado de apagar la fiesta tica en el minuto 90, luego de un descuido de la defensa tica.

La fiesta ya estaba montada pero Núñez le dijo no a Costa Rica y tuvimos que conformarnos con el empate. Honduras nos empató en el peor momento.

Minutos antes de esa jugada “Mambo” y Miller pudieron darle el golpe de muerte a los hondureños, pero no la metieron.

Honduras presionó durante todo el segundo tiempo. Y tanto llega al cántaro al agua que se rompe. ¿Qué se puede rescatar?

Uno. Que valió la pena repetir, repetir y repetir. Precisamente, el último día de entrenamiento, la jugada que Marshall la mete al fondo se hizo mil veces. Incluso, Guzmán se quedó practicando el centro hasta que saliera perfecto.

La Volpe pasa la prueba pese al empate. La defensa es un bloque sólido, con hombres que supieron contrarrestar los ataques hondureños. Menos uno, el gol.

Sin embargo, nos queda un sinsabor en el medio campo, en algunos momentos del partido no pasaba nada en esa zona.

Celso, Gamboa, Brenes y Elizondo parecen estar muy largo. No hay unión, la bola no pasa tan fácil como sí lo hace de la defensiva hacia la ofensiva. Se quieren hacer sociedades por el lado derecho. Funcionó mejor entre Brenes y Guzmán, y mejor aún cuando entró Guevara.

Pero, la sociedad no fue tan fácil entre Elizondo y Gamboa. Mejoró en el segundo tiempo pero no nos alcanzó para ganar.

¿Qué hizo Honduras? Un equipo que no se les puede dar espacios. Que se para bien. Mueve el balón y por momentos mete peligro. Se vino encima, tuvo dos oportunidades claras pero no las aprovechó. El empate al final no fue tan mal resultado para Costa Rica.