Rodolfo Martín
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Alajuela.- Una supuesta doble golpiza, cometida contra un adicto que, aparentemente ocurrió el 6 de enero, habría sido el detonante que condujo a la captura de seis oficiales de la Fuerza Pública local, sospechosos de haber incurrido en los delitos de abuso de autoridad y lesiones.

Los agentes son de apellidos Mora, Elizondo, Vargas, Ureña, Ramírez y Quesada.

El Juzgado Penal de Hacienda les impuso tres meses de suspensión del cargo, no acercarse a ninguna delegación policial de Alajuela y no interactuar con testigos ni ofendidos, según la oficina de Prensa de la Fiscalía General de la República.

La supuesta doble agresión del 6 de enero primero tuvo lugar en un lote baldío cerca de Taco Bell en el centro de Alajuela y la segunda, dentro de la delegación de la Fuerza Pública de esa ciudad.

La presunta vapuleada habría sido tan desmedida e impresionante que la víctima habría quedado inconsciente y convulsionando en el suelo, al tiempo que provocó que otros policías denunciaran lo que había ocurrido.

Unos seis días después tuvo lugar otra situación similar, según fuentes cercanas al caso.

El grupo, aparentemente, podría acarrear antecedentes por estos abusos desde el 2009.

A uno de los detenidos, según testigos, llegaron a colocarle un arma en la cabeza, montarla y decirle que lo iban a matar.

Incluso, se tienen informes de agresiones contra dueños de bar o sus guardas privados.

Los investigadores del OIJ buscan intensamente a un ofendido de apellido Rojas Miranda para que, a la mayor brevedad posible, se presente a una ampliación de su denuncia.

Igualmente, buscan a un testigo que grabó una de las golpizas.

El comisionado Pablo Bertozzi dijo que se había puesto una denuncia ante la fiscalía y que el caso comenzó a ser investigado.

“Este es un tema que se resuelve ya sea durante la investigación o dado caso en un juicio si llegara hasta esas instancias”, agregó.